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Más de 25 años en el sector TI avalan tu experiencia. ¿Puedes resumir tu trayectoria profesional?
He tenido la oportunidad de liderar equipos y de participar en numerosos proyectos de transformación tecnológica en compañías nacionales. Siempre he estado vinculado al ámbito de la gestión de servicios y soluciones empresariales, lo que me ha permitido adquirir una visión muy amplia del sector.
Durante estos 25 años he desempeñado roles tanto técnicos como comerciales, y esa doble vertiente me ha dado la capacidad de entender y cohesionar ambos mundos. En Compusof, donde actualmente dirijo el departamento técnico dentro de la capa de servicios, esa experiencia es esencial para alinear los objetivos técnicos con los comerciales y generar confianza entre departamentos.
En definitiva, mi carrera se ha centrado siempre en la dirección de equipos de servicio, combinando visión de negocio y conocimiento tecnológico.
Ese binomio negocio–tecnología parece algo muy integrado en tu perfil. ¿Has toreado en grandes plazas?
Exacto. Haber trabajado en entornos complejos y exigentes me ha obligado a desarrollar una gran capacidad de adaptación. No todo viene rodado; hay que saber “torear en plazas difíciles”. Esa experiencia en escenarios complicados me ha dado una visión realista de cómo hacer que la tecnología funcione al servicio del negocio, no al revés.
¿Cuál es tu motivación profesional al asumir este nuevo rol?
Soy una persona muy motivada por los retos. La oportunidad que me ha ofrecido Compusof es estimulante porque me permite liderar un departamento estratégico y aportar mi experiencia a una compañía en crecimiento.
Mi principal desafío es fortalecer la cohesión entre las áreas técnica y comercial, dos mundos que históricamente tienden a ir por separado. Haber trabajado en ambos me permite generar entendimiento y colaboración. Consolidar ese equilibrio es, para mí, un reto apasionante.
¿Tu visión coincide con la estrategia actual de servicios de Compusof o planeas introducir cambios?
Coincide plenamente, aunque siempre intento aportar innovación desde mi experiencia. El servicio, para mí, es la capa de valor que marca la diferencia ante el cliente. En un entorno donde parece que todo está inventado, la experiencia y el conocimiento humano siguen siendo claves. Eso es lo que quiero sumar: una visión práctica, centrada en el valor añadido que no puede ofrecer la pura tecnología.
¿Cuáles son las líneas maestras de la estrategia de servicios de Compusof?
El objetivo principal es que Compusof se consolide como un referente nacional en servicios gestionados. Contamos con un gran potencial y alianzas sólidas, especialmente con HP, y nuestro reto inmediato es convertirnos en su principal partner en servicios a nivel nacional.
Además, queremos avanzar en la consultoría tecnológica integral, acompañando al cliente en todo el ciclo de vida del servicio: desde la planificación y el soporte hasta la formación y la evolución tecnológica.
¿Con qué equipo y recursos cuentas para este desafío?
He tenido la suerte de encontrarme con un equipo altamente comprometido y cualificado. En otras compañías he tenido que construir los equipos desde cero, pero aquí ya existe una base muy sólida: profesionales con ganas de aprender, formarse y certificarse.
Mi objetivo es potenciar su evolución continua. Siempre digo que un técnico debe comportarse como un médico: no puede dejar de actualizarse. El equipo de Compusof tiene esa mentalidad, y eso marca la diferencia.
Quiero que sigamos creciendo en la especialización en servicios HP, con la meta clara de ser líderes en ese ámbito. Ya el año pasado HP reconoció nuestro trabajo con un premio a la excelencia en servicios, basado en las valoraciones de sus propios clientes. Ahora queremos ir más allá, ampliando nuestra oferta hacia servicios de inteligencia artificial, telemetría y automatización, que complementen todo el ciclo de vida de la infraestructura.
¿Tenéis un plan específico para alcanzar esa especialización?
Sí. Compusof lleva más de 40 años en el mercado, con un liderazgo claro en el ámbito del producto. Ahora queremos dar visibilidad a nuestra capa de servicios, que existe y funciona muy bien, pero que quizá no se comunicaba tanto.
Vamos a “desencapsular” todo ese conocimiento y ofrecerlo al mercado: implantaciones, outsourcing, consultoría, formación… Queremos que los clientes vean que Compusof puede acompañarlos más allá del producto, también en su evolución tecnológica.
Además, estamos trabajando en servicios ligados a la IA, la automatización y la sostenibilidad, incluyendo la telemetría, que permite crear modelos híbridos más eficientes. Contamos con la experiencia y el equipo necesarios; ahora toca salir al mercado con una estrategia conjunta junto al departamento comercial.
¿En qué sectores queréis poner el foco?
Tradicionalmente somos muy fuertes en administración pública, banca, seguros y sanidad, pero queremos reforzar nuestra presencia en el sector privado, especialmente en pymes.
Creemos que hay un gran potencial en áreas como la hibridación tecnológica, la audiovisualización de entornos de trabajo o la digitalización de salas de reuniones y auditorios. Ahí tenemos mucho recorrido.
¿Qué factores consideras esenciales para garantizar la excelencia en la entrega de servicios tecnológicos?
La clave está en una buena gobernanza del servicio, en definir SLA y KPI claros, y en contar con talento formado y en continua certificación.
A eso hay que añadirle una cultura de innovación constante y una relación de confianza con el cliente. Si garantizas un seguimiento riguroso y eres capaz de proponer mejoras continuas, el éxito está casi asegurado.
¿Qué tendencias de mercado están impactando más en la gestión de servicios?
Diría que hay cinco fundamentales:
- Automatización y uso de inteligencia artificial, tanto generativa como adaptativa.
- Modelos híbridos y cloud, que ya son una realidad consolidada.
- Telemetría, que permite gestionar el puesto de trabajo de manera predictiva y proactiva.
- Seguridad, cada vez más vinculada a la gestión del puesto.
- Y, por supuesto, la sostenibilidad tecnológica.
La telemetría, por ejemplo, es clave: nos da datos sobre el comportamiento de los equipos, permite anticipar fallos -como detectar una batería que va a fallar- y optimizar recursos. Así, mejoramos la experiencia del usuario y reducimos costes.
¿Qué papel deben jugar la digitalización y la automatización en el servicio al cliente?
Un papel central. La digitalización debe estar presente en todo el ciclo de vida del servicio, desde la monitorización hasta la gestión de incidencias o la atención al usuario.
El objetivo es construir modelos inteligentes, proactivos, predictivos y escalables, apoyados en herramientas digitales y en la formación continua del equipo. Es el camino natural hacia la eficiencia.
Los clientes buscan servicio, pero también precio. ¿Cómo se equilibra esa dualidad?
La transparencia es fundamental. Hay que sentarse con el cliente, mostrarle el estado real de su parque tecnológico y planificar los proyectos de manera detallada y honesta.
Una buena planificación y gestión de expectativas permite controlar costes y, al mismo tiempo, garantizar la satisfacción a largo plazo. Cuantos más datos y análisis tengamos, más equilibrada será la relación entre rentabilidad y valor entregado.
En plena expansión de la inteligencia artificial, ¿cómo influye esta tecnología en vuestro negocio?
Muchísimo. La IA ha venido para facilitar, no para sustituir. Estamos aún en una fase de adaptación, pero su potencial es enorme.
Hay que distinguir entre IA generativa, adaptativa y predictiva, y aplicarla a procesos concretos donde aporte valor real. Nosotros ya estamos trabajando en esa línea, con un equipo especializado y en constante formación.
Además, en Compusof predicamos con el ejemplo: estamos implantando modelos de IA dentro de la propia compañía para optimizar procesos internos y aliviar tareas repetitivas, de modo que nuestros empleados puedan centrarse en labores de mayor valor añadido.
¿Qué hace falta para que los proyectos de IA sean realmente exitosos?
Tiempo, conocimiento y realismo. Muchos proyectos fracasan porque se intentan implantar sin una base sólida. La IA necesita madurez, gobernanza y comprensión de su alcance real.
Estamos aún aprendiendo, pero la clave está en aplicarla a casos de uso concretos, bien definidos y gestionados, que permitan medir resultados tangibles.
¿Qué ingredientes garantizan una relación duradera con los clientes corporativos?
El principal es escuchar. Escuchar de verdad. Solo así se puede entender qué necesita realmente el cliente y anticiparse a sus demandas.
Después, hay que asignar un account manager cercano, que mantenga un contacto continuo y transmita confianza. Y, por supuesto, ofrecer valor añadido constante, que el cliente perciba que detrás de un producto hay acompañamiento, asesoramiento y evolución.
Cuando el cliente siente que creces con él, la relación se convierte en duradera.
¿Cómo imaginas la evolución del modelo de servicios tecnológicos en los próximos años?
La tendencia va hacia los servicios gestionados, automatizados y orientados a resultados, lo que conocemos como “as a service”.
El cliente quiere olvidarse de la complejidad técnica y confiar en un partner que se lo gestione todo. Además, la ciberseguridad será un pilar esencial, especialmente en el puesto de trabajo, que sigue siendo un punto crítico de riesgo.
A ello se suman la sostenibilidad, la digitalización y la telemetría, que serán elementos indispensables para anticiparse a las necesidades del usuario y mejorar la eficiencia global.
¿Y cómo ves a Compusof en ese futuro?
La veo muy bien posicionada. Compusof está apostando de verdad por la innovación, la inteligencia artificial y el valor del servicio.
El producto es importante, pero el servicio es lo que marca la diferencia, y no es algo tangible: requiere experiencia, conocimiento y confianza.
Por eso creo que el futuro de Compusof pasa por consolidarse como el gran referente en servicios gestionados y tecnológicos en España.











