CLAVES
* Tokiota consolida su posición como partner estratégico de Microsoft y busca combinar excelencia técnica con visión de negocio.
* La consultora prevé alcanzar los 25 millones de facturación en 2028 mediante crecimiento orgánico.
* Matos advierte que las empresas deben apostar por la innovación y la inteligencia artificial sin esperar a que el mercado “madure”: el riesgo está en quedarse atrás.
Tokiota nació hace más de una década en Barcelona, fundada por Toni Alarcón, un consultor vinculado históricamente al ecosistema Microsoft. La empresa surgió con la idea de conectar a clientes con especialistas de alto nivel, apostando por un modelo de consultoría “basado en la excelencia y en un enfoque distinto”, evoca Manuel Matos, director general de Tokiota.
El director general recuerda que el nacimiento de Tokiota coincidió con un momento clave para Microsoft, cuando la compañía comenzó su transición hacia la nube. Ese contexto permitió a Tokiota posicionarse pronto como un partner de referencia, recibiendo en 2014 el premio al mejor partner mundial en el ámbito del puesto de trabajo. “Ese reconocimiento fue una especie de sello de garantía que nos acompañó desde el principio”, señala Matos.
Hoy, Tokiota cuenta con 160 empleados y cerró 2024 con 12 millones de euros en facturación, con previsiones de crecer un 10% durante 2025. Su mercado objetivo son grandes compañías pertenecientes al Ibex35 y un escalón inferior. Con una proyección ambiciosa —alcanzar los 25 millones de euros en facturación en 2028 mediante crecimiento orgánico—, la compañía quiere demostrar que la especialización, la agilidad y la innovación pueden competir de tú a tú con los gigantes del sector.
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De la especialización técnica a la consultoría pragmática
Matos se incorporó como director general hace seis años, tras colaborar desde los inicios en el consejo asesor. Desde entonces, la compañía ha evolucionado hacia una consultoría más pragmática, centrada en entender los retos de negocio del cliente.
“Antes resolvíamos problemas tecnológicos; ahora buscamos comprender para qué se hacen los proyectos”, explica. Sin especializarse en sectores concretos, la firma trabaja con consultores capaces de traducir los desafíos empresariales en soluciones tecnológicas, integrando áreas como datos e inteligencia artificial.
“El valor ya no está solo en la tecnología, sino en cómo ésta mejora la productividad y el retorno de inversión de los clientes”, añade.
Más allá del ‘body shopping’
Tokiota no ha optado por el modelo clásico de “body shopping”, una práctica común en grandes corporaciones para ampliar capacidades mediante personal externo. “Suena antiguo. Nosotros no jugamos ahí: preferimos proyectos con impacto real e innovación”, afirma.
La consultora centra su actividad en servicios basados en tecnología Microsoft, ayudando a empresas a migrar y optimizar sus infraestructuras en la nube, desarrollar productos digitales y aprovechar el valor del dato y la IA.
IA, agentes digitales y cultura de innovación
Sobre la inteligencia artificial, Matos reconoce que el sector vive una fase de madurez desigual. Aunque muchas compañías están en fases iniciales, considera que la IA generativa ha supuesto un cambio cultural profundo. “Cuando los empleados integran la IA en su día a día, su mentalidad cambia; esa transformación es tan importante como el impacto directo en productividad”.
También advierte del riesgo de querer avanzar más rápido de lo que se asientan las bases: “El discurso se mueve muy deprisa, de lo generativo a lo agéntico, pero muchas empresas aún no han consolidado lo esencial”. Aun así, se muestra claro sobre la actitud necesaria: “No puedes esperar a que la tecnología se estabilice. Si no te subes al tren, te quedas fuera”.
Consolidación de la consultoría TI
En un mercado dominado por grandes grupos consultores que crecen mediante adquisiciones, Tokiota se reivindica como una alternativa ágil. Matos observa que en los últimos años ha habido una fuerte consolidación del sector, con muchas compañías que han expandido su oferta comprando firmas especializadas para complementar su propuesta de valor.
Lejos de considerar este fenómeno una amenaza, Matos cree que precisamente refuerza el espacio de empresas como Tokiota. Según explica, “cada vez quedan menos compañías de su tamaño, con un alto nivel de especialización, cercanas al cliente y con capacidad de respuesta rápida”. A su juicio, muchos clientes valoran trabajar con socios que comprendan a fondo su negocio y resuelvan sin burocracia.
Un socio de sus clientes
Aunque reconoce la importancia de la cercanía y la personalización, Matos rechaza la etiqueta de “consultora boutique”. Considera que ese término se queda corto para describir el papel que aspiran a desempeñar. En su visión, Tokiota no es una boutique, sino un partner que crece con sus clientes: “El verdadero crecimiento en consultoría proviene de la excelencia y la recurrencia: si se hacen bien las cosas, explica, el cliente vuelve y la relación se expande”.
El directivo también aborda el impacto de la inteligencia artificial en su propio sector, que identifica como un reto y una oportunidad a la vez. Reconoce que la IA transformará la consultoría tecnológica, ya que muchos procesos que hoy realizan los consultores serán automatizados por sistemas inteligentes. Sin embargo, considera que ahí radica la clave del futuro del sector: “comprender el reto de negocio y cómo la IA puede aportar valor real”.
