Privacy-Enhancing Technologies para la creación de espacios de datos y el intercambio seguro de información

José Carlos Baquero, Director de la División de Inteligencia Artificial y Big Data Secure e-Solutions de GMV.

Publicado el 14 Mar 2022

José Carlos Baquero, Director de la División de Inteligencia Artificial y Big Data Secure e-Solutions de GMV

Es innegable la relevancia que han adquirido los datos en la actualidad. La proliferación de sistemas analíticos y cognitivos ha permitido la extracción de información y conocimiento a partir de la inmensa cantidad de los que se generan. De hecho, la mayoría de las técnicas empleadas actualmente fueron ya descritas varias décadas atrás, pero ha sido la mayor accesibilidad a los datos -además de los avances tecnológicos- lo que ha fomentado su uso, ya que cuanto mayor es el número de datos, mejores resultados pueden ofrecer las soluciones implementadas.

Si bien la cantidad de datos de que disponemos hoy ha aumentado de forma exponencial, habitualmente estos se encuentran disgregados entre distintas partes (o entidades), dificultando la obtención de conclusiones generales, al contar solo con datos parciales que describen el comportamiento o características de una reducida parte de la información existente. Este hecho puede incluso derivar en la implementación de sistemas sesgados, alejados del comportamiento general.

Con el fin de ofrecer información de calidad, la primera opción que nos planteamos es la agregación de los datos que disponemos con el objetivo de extraer conclusiones generales. Para ello, las distintas fuentes de datos deben compartirlos. Sin embargo, no siempre es posible hacerlo, ya sea por criterios de confidencialidad, de carácter estratégico o porque la normativa actual no lo permite cuando se trata de información personal o sensible. Obviamente, esta circunstancia puede dificultar el desarrollo de proyectos de tal índole, convirtiéndose en una barrera insalvable en muchos casos.

Compartición de datos

Llegados a este punto cabe preguntarse: ¿Para qué queremos compartir datos? ¿Qué beneficios vamos a obtener de ello? Para algunos, las respuestas a estas cuestiones pueden parecer obvias, para otros, quizás no tanto. Cabría señalar que, si una organización está dispuesta a compartir datos importantes para ella es porque espera obtener algo valioso, información que, de no hacerlo, no podría obtener. Al compartir sus datos, las distintas fuentes se enriquecen por igual. Sin embargo, cualquier actividad de colaboración con datos se construye sobre una base de confianza. Crear alianzas, establecer la confianza y lograr un beneficio mutuo puede llevar mucho tiempo.

En este sentido, la Comisión Europea está trabajando en una propuesta del Reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo relativo a la Gobernanza Europea de Datos que pretende crear un marco que fomente una mayor reutilización de los datos, aumentando la confianza en los intermediarios de los mismos y reforzando los diversos mecanismos de intercambio de datos en toda la Unión Europea. Este reglamento desempeñará un papel fundamental a la hora de posibilitar y orientar la creación de espacios de datos comunes e interoperables a escala de la Unión Europea en sectores estratégicos como la energía, la movilidad y la salud, que, a su vez, deben aportar beneficios a los ciudadanos a través de la mejora de la medicina personalizada, la nueva movilidad y la contribución al Pacto Verde Europeo.

La Comisión Europea pretende crear un marco que fomente una mayor reutilización de los datos, aumentando la confianza en los intermediarios de los mismos

Por otro lado, y a medida que el panorama tecnológico evoluciona, la cooperación entre distintas organizaciones es factible gracias a las denominadas PET (Privacy-Enhancing Tecnologies o técnicas de mejora de la privacidad), ya que protegen los datos, restringen su movimiento y gobiernan tanto el acceso como el uso, eliminando muchas de estas preocupaciones históricas y permitiendo la creación de alianzas entre organizaciones. Cuando los propietarios de los datos pueden conservarlos y tener un control claro en todo momento, se hacen realidad las posibilidades de colaboración. De tal forma, cuando distintas fuentes tienen la certeza de que al compartir sus datos podrán multiplicar su valor y están dispuestas a hacerlo, faltaría disponer de tecnología solvente capaz de dar respuesta a esta voluntad de intercambio, garantizando la protección y privacidad de los datos.

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Redacción

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