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La nueva era del almacenamiento de datos



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En la nueva era del data management hay que establecer un plan y gestionar los datos desde la recopilación hasta la transformación, distribución y el consumo

Publicado el 4 sept 2023



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Las farolas de Bilbao, vestidas con maillots y carteles de ‘Ongi eTOURri’, haciendo un guiño al Tour de Francia que tenía a la ciudad del País Vasco como línea de salida, daban la bienvenida al encuentro que Computing iba a celebrar en la ciudad del Nervión sobre la nueva era de los datos.

Las empresas han tomado conciencia de la importancia de la gestión de los datos porque es desde donde pueden adquirir valor y diferenciarse de la competencia. Por ello, en la comida ejecutiva organizada junto a Logicalis, el principal asunto que se abordó fue la nueva era del Data Management. La gestión del dato es fundamental en las empresas de cualquier tamaño, pero más cuando tienen que almacenar grandes cantidades de información. En este sentido, Ion González, CIO de Grupo Gourmet Okin, compartía la importancia de tener una arquitectura del dato acorde a las necesidades TI.

En la nueva era del Data Management es imprescindible gestionar los datos desde la recopilación hasta la transformación, la distribución y el consumo. Por ello es recomendable establecer un plan y estudiar introducir la inteligencia artificial para llevar a cabo toda la arquitectura.

Endika Eibar, IT manager de Kaefer, veía como punto de partida elaborar una buena estrategia para gestionar de manera adecuada cada dato. “Es necesario diferenciar qué es crítico para ti, para el negocio y para los clientes”, sostenía Eibar desde Kaefer; y es que la rapidez en el requerimiento de los datos es lo que les ha empujado a la cloud.

Para Virginia Albizuri, responsable de datos de ITP Aero, “el dato es vital, pero lo importante es saber localizarlo y controlar la durabilidad”. Muchas compañías caen en el error de almacenar información sin que sea relevante, o que lo fue en un determinado momento, pero ya no es útil, por lo que aumentan sus costes sin ver una repercusión positiva.

En esta misma línea argumentaba Alberto Rodríguez, director de Informática del Hospital San Juan de Dios, quien afirmaba que el debate en las empresas debía centrarse en el ciclo de vida del dato: “Es imprescindible concienciar al usuario y controlar quién accede, cuándo, durante cuánto tiempo, cómo se recupera…”. Rodríguez también era partidario de externalizar los datos con control, “no de cualquier manera”, sobre todo si se tienen datos de un nivel alto que pone a las empresas en el foco de los hackers.

César González, IT manager de Estampaciones Mayo, compartía que la prioridad es saber por qué almacenan la información que tienen: “Necesitamos trabajar para sacar valor al dato y en reducir la latencia”.

En el mundo sanitario está comenzando a haber una dicotomía en la pertenencia del dato. Debido a la globalización de la información, “los pacientes están comenzando a reclamar los datos, y las empresas hasta ahora han considerado que son de su propiedad, pero se está evolucionando y se empieza a hablar de Open Data y Gobierno abierto”, afirmaba Iratxe Ijalba, directora de Sistemas de Información de Mutualia. En este punto, Alberto Rodríguez puntualizaba que en la calidad del dato en el sector sanitario no hay un estándar y el valor de los datos es subjetivo.

La criticidad de los datos es importante para evitar ataques. Pero Norberto Ojinaga, director de soluciones tecnológicas de Euskaltel, sostenía que el principal reto en el dato es establecer el perímetro de los puntos de acceso.

Miguel Sanz, IT manager de Focke Meler Gluing Solutions, afirmaba que el perímetro se ha expandido y hay que invertir más, y que ahora hay que tener un pensamiento híbrido y concienciar a todo el equipo, trabaje en la oficina, en casa o en cualquier departamento.

Ciberseguridad en el dato

Cuando se habla del dato es inevitable que esté ligado a la ciberseguridad. En los últimos años ha aumentado el número de ataques ransomware y cuando los hackers consiguen afectar a una institución y la noticia salta a la prensa generalista es cuando los responsables de las empresas facilitan a los departamentos TI recursos para mejorar la ciberseguridad.

“Tenemos planes de evacuación de incendios, pero no de ciberataques”, sentenciaba Iratxe Ijalba. La directora de sistemas de Mutualia afirmaba que en su empresa habían empezado a realizar simulacros para ver cómo reaccionaban ante un hackeo y si estaban preparados.

Iker Pinillos, director de Transformación Digital de Elaborados Naturales Benis Food, decía que han hecho ataques propios para que los trabajadores vieran si estaban realizando bien los protocolos de seguridad. “En ciberseguridad están los que han sido atacados y los que quedan por ser atacados”, afirmaba.

Esta idea la apoyaba César González: “A todos nos han atacado, otra cosa es que hayan conseguido penetrar”.

Ion González llevaba el debate más allá y afirmaba que “es un problema de Estado”. Para el director de Sistemas de Información de Okin la cuestión de la ciberseguridad está al mismo nivel que la seguridad ciudadana y piensa que en algún momento habrá una figura, similar a la de la Policía, para cuestiones de seguridad en Internet y dejará de ser únicamente un problema del que se encarguen los departamentos TI de las empresas.

Virginia Albizuri apostaba también por esta idea, porque los datos que obtienen los ciberdelincuentes son “necesarios para el Estado”. Indicaba que “la ciberseguridad se ve como un problema del CISO, pero esto va a cambiar y va a ser un problema a nivel de Estado y europeo, porque es terrorismo”.

Dentro de las propias empresas se maneja información sensible y muchas veces el ataque proviene del descuido de los trabajadores. En este sentido, Miguel Sanz se preguntaba cómo controlar estos datos.

Como respuesta, Albizuri introducía el concepto de la empatía del dato: “Hay que pensar que lo que no quiero para mí no lo quiero para el otro” y, con ello, concienciar a los trabajadores. Con la empatía del dato también se abría la puerta a compartir información con otros. Esta misma opinión la tenía Juan Iraola, de Baskonia-Alavés, quien apostaba por compartir datos para mejorar las predicciones.

Pinillos afirmaba que “la sobreprotección del dato genera la parálisis por seguridad” y, para evitarlo, González apostaba por calificar la información para “ver qué hay que proteger y qué hay que desproteger. Hay que tener valor para saber dónde hay que poner barreras y dónde no”.

Ante la propuesta de poner barreras, Albizuri veía el problema en que hay cosas que no se pueden controlar: “Todo el mundo lleva un móvil encima con cámara e Internet”. Por tanto, la responsable de datos de ITP Aero ve la solución en concienciar a los empleados más que en establecer protocolos, aunque sea necesario tenerlos.

En este sentido, Ojinaga creía que es necesario poner en contexto la concienciación. “Puedes tener al 99% de la empresa concienciada, pero ese 1% que no, te hace el agujero”. Por tanto, “no todo el mundo puede tener acceso a los datos comprometedores”.

La IA, imprescindible en el dato

Los asistentes al encuentro organizado por Computing veían inseparable la inteligencia artificial de la gestión de los datos. Durante el evento intentaron hacer previsiones de hacia adonde iba, pero llegaron a la conclusión de que todo eran elucubraciones; pero lo que sí tenían claro es que el dato no se va a poder entender sin la inteligencia artificial.

César González se planteaba cómo determinar los riesgos de esta tecnología. Iratxe Ijalba compartía que el problema estaba en subir información. “En el momento en el que tú le das un dato a la IA ese dato deja de estar en tu organización, por eso la clave es no subir información confidencial, es aconsejable simplemente hacerle preguntas”.

Cuando se da valor a los datos y se utiliza la IA para su gestión, las personas que tradicionalmente se encargaban de esta función pueden realizar otras tareas que aporten más a la empresa. La IA puede aportar beneficios a las compañías, pero para ello habría que trabajar por objetivos y no por tiempo, sentenciaban.

A la hora de establecer cómo utilizar la IA es importante tener en cuenta la arquitectura de datos del negocio y cuál es la estrategia de almacenamiento que se está llevando a cabo. La IA puede facilitar la toma de decisiones y la gestión de la información, pero continuar almacenando datos que no aporten valor a la empresa es uno de los principales hándicaps. El síndrome de Diógenes digital es uno de los principales quebraderos de cabeza en los departamentos TI de las compañías españolas. La IA puede ayudar a decidir qué datos no son útiles, pero es el ser humano el que tiene que tomar la decisión de eliminarlos.

Los nuevos retos requieren que los sistemas de almacenamiento evolucionen con mayor rapidez

Javier Mancera, Solution Architect de Logicalis

A lo largo de los años, los sistemas de almacenamiento han ido evolucionando para dar respuesta a los diferentes retos y necesidades en la gestión del dato. Inicialmente se pretendían cubrir necesidades basadas en compartir almacenamiento entre diferentes sistemas con redundancia, rendimiento y alta disponibilidad, para posteriormente proporcionar multiacceso y eficiencia. Pero en los últimos años han aparecido nuevas necesidades que están provocando una nueva evolución y renovación. Entre estos nuevos retos tenemos el crecimiento exponencial de los datos, el aumento de ciberataques, la hibridación con entornos cloud y el soporte con cargas de nueva generación. Responder a estos retos no es tarea sencilla, y son pocos los fabricantes con capacidad de ofrecer soluciones adecuadas en constante evolución. En este sentido, IBM se caracteriza por disponer de un porfolio completo de soluciones empresariales que permiten dar respuesta a dichas necesidades con las máximas garantías.

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