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Cibercrimen, regulación y cambio climático, los tres grandes retos del sector seguros



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Esta es la principal conclusión del informe Banana Skins 2023, elaborado por PwC y el Centro de Estudios para la Innovación Financiera

Publicado el 20 sept 2023



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Los ciberriesgos, como la fuga de información, el robo de datos potencialmente sensibles, la suplantación de identidad o los ataques de phishing y ransomware, van a continuar siendo la gran preocupación del sector seguros en el corto plazo.

Los retos del sector seguros

Esta es la principal conclusión del informe Banana Skins 2023, elaborado por PwC y el Centro de Estudios para la Innovación Financiera (CSFI), a partir de la opinión de 589 directivos de la industria aseguradora en 39 países -incluido España, cuya aportación al estudio ha sido relevante en términos de participación-. El análisis, que desde 2007 monitoriza, cada dos años, la evolución de los riesgos del sector seguros, concluye que las tres grandes amenazas para las aseguradoras son, por este orden de importancia, el cibercrimen, la regulación y el cambio climático.

El cibercrimen, en un entorno dependiente de la tecnología, se mantiene como la principal amenaza a la que se enfrentan las compañías aseguradoras en todo el mundo, al igual que en el informe de 2021. Esto refleja la preocupación generalizada entre los directivos del sector por el impacto que los ciberataques pueden tener en las operaciones y en la continuidad de sus negocios, en relación con el robo de datos sensibles de clientes y con la reputación de sus compañías. En este sentido, los desarrollos e innovaciones tecnológicas van acompañadas de ciberataques cada vez más sofisticados, donde el uso de la Inteligencia Artificial por parte de los cibercriminales representa, incluso, una mayor amenaza, y su respuesta supone un alto coste en términos presupuestarios y económicos.

Cómo regular el sector seguros

La regulación también repite como el segundo riesgo más citado por las compañías. En los últimos años, los retos derivados recursos que preocupa a los directivos. Estos consideran que podría afectar a la capacidad de innovación, de desarrollo de nuevos productos y, en definitiva, a la competitividad de sus empresas.

El cibercrimen, en un entorno dependiente de la tecnología, se mantiene como la principal amenaza a la que se enfrentan las compañías aseguradoras en todo el mundo

El cambio climático gana peso y se sitúa, por primera vez, en la tercera posición del ranking. Preocupa el aumento de la frecuencia y de la severidad de los desastres naturales con impacto en la industria aseguradora y reaseguradora. Si en informes anteriores el cambio climático era considerado una amenaza a largo plazo, en el estudio de este año queda patente que ya forma parte del día a día de las compañías, y de la agenda de los reguladores. A los directivos del sector también les inquietan los riesgos de la transición hacia una economía baja en carbono, y los efectos que esta pueda tener en el futuro en la valoración de sus activos, así como en la cada vez mayor exigencia de reporting en materia de sostenibilidad.

Otros riesgos relevantes

La tecnología, en sentido estricto, y la posibilidad de que las aseguradoras no sean capaces de seguir el ritmo trepidante del cambio tecnológico cae una posición -de la tercera a la cuarta-, pero sigue siendo un área de atención para las compañías de seguros. Uno de los mayores obstáculos para la modernización tecnológica son los costes, particularmente, en un contexto en el que es difícil saber por qué tecnologías apostar y hasta qué punto será posible rentabilizar estas inversiones.

Escasez de talento en el sector seguros

La escasez de talento, la gestión del cambio, los efectos de un contexto geopolítico y macroeconómico volátil con altas tasas de inflación, y la reducción de costes son los riesgos que más posiciones han avanzado en la clasificación del informe. En el caso del primero, las compañías aseguradoras reconocen que tienen cada vez más problemas para atraer y retener el talento, especialmente, de perfiles tecnológicos. Una de las cuestiones que se plantean los directivos entrevistados es si la industria aseguradora es lo suficientemente atractiva como para atraer el talento que necesita. Por contra, los tipos de interés, la rentabilidad de las inversiones, y la competencia pierden peso en el ranking de riesgos y caen significativamente respecto a años anteriores.

Finalmente, el estudio pregunta a los directivos del sector cómo de preparados consideran que están para afrontar estas amenazas. De una escala de 1 -poco- a 5 -bien preparado-, la respuesta media de los entrevistados sitúa el nivel de preparación en 3,20 puntos, por debajo del 3,22 registrado hace dos años, lo que sugiere un ligero deterioro de la confianza que tienen las compañías de la industria para hacer frente a los desafíos que vienen. Existe por tanto una menor percepción de la capacidad de la industria para afrontar las amenazas. Esta confianza decrece de forma exponencial en materia de riesgos y amenazas vinculados con la tecnología -cibercrimen incluido-, y el cambio climático. Para Pedro Díaz-Leante, socio responsable de Seguros en PwC, “una vez estabilizado el entorno macroeconómico, la agenda de los consejos de administración de las empresas aseguradoras estará marcada, sin lugar a dudas, por la respuesta a las amenazas derivadas de la innovación tecnológica -donde la inteligencia artificial será disruptiva-, la seguridad y la obsolescencia, y por los efectos del cambio climático, a los que se suma una avalancha regulatoria en estas cuestiones. DORA y CSRD son un buen ejemplo de ello.”

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