Para comenzar, hay que distinguir ambos términos ya que a veces pueden parecer sinónimos, pero son muy diferentes en el ámbito del hardware y la informática. La memoria (memoria RAM o DRAM) es el proceso de datos o tareas que puede ejecutar el ordenador en un determinado momento y el almacenamiento (SSD o HDD) se refiere a los archivos que puede guardar un PC a largo plazo.
Desde los primeros módulos de 16 Kb (sí, kilobytes) hasta los actuales de 16 GB o incluso más, hay una evolución sorprendente que no es solo una letra, sino que es una cantidad de memoria que permite realizar más procesos a la vez. También ha mejorado en velocidad, ya que en los comienzos las memorias apenas sobrepasaban los 100 MT/s y hoy día hay varios récords que han conseguido superar los 8000 MT/s, toda una hazaña. Estas increíbles mejoras hacen que otras tecnologías que usen este tipo de memorias (la gran mayoría) puedan a la vez expandir sus posibilidades para seguir mejorando.
El aumento de las soluciones de almacenamiento tampoco se ha quedado atrás; desde los primeros discos duros que tenían una capacidad de 5 MB y eran del tamaño de un frigo actual, hasta los actuales que pueden almacenar varios terabytes, ha sido un largo camino de 40 años que ha permitido que hoy podamos guardar todos los datos de forma rápida y eficaz. En este campo también cabe destacar la introducción de la tecnología SSD, mucho más veloz, eficiente y segura.
Para ponerlo en contexto, un móvil de gama media aglutina en una sola mano varios aparatos que se usaban antes por separado, y puede realizar todas esas tareas sin prácticamente esfuerzo gracias a que tiene una memoria RAM que le da la posibilidad de realizar varias acciones a la vez y un disco duro o SSD que le brinda espacio para ello. De la misma forma podemos guardar fotos, archivos, documentos personales o incluso videojuegos en un mismo lugar, que incluso podemos ampliar si el terminal nos lo permite.
Además, pensando en las nuevas tecnologías que están por implementarse de forma masiva en la sociedad, más las ya existentes (léase IA, 5G, IoT, la nube, etc.) estos avances no harán sino seguir mejorando estos componentes. Por ejemplo, el 5G aumentará la velocidad de conexión, reducirá la latencia y multiplicará el número de dispositivos que se pueden conectar a la red. Para ello necesitará que las memorias RAM puedan trabajar más rápido y que los SSDs tengan más capacidad para así poder guardar e interpretar más datos y más velozmente.
En definitiva, la memoria y el almacenamiento son dos de los pilares sobre los que se asienta el desarrollo informático y tecnológico de las pasadas y próximas décadas, ya que los avances que seamos capaces de crear, presumiblemente necesitarán recopilar, estudiar e interpretar una gran cantidad de datos, por lo que la velocidad a la que lo hagamos y el espacio que tengamos para almacenarlos serán absolutamente claves para ver hasta dónde podemos llegar.