El Offshore: una nueva arma para mejorar competitividad y productividad

Conocida como offshore, se trata de la práctica de subcontratar servicios a empresas localizadas en países cuya mano de obra es más barata que el país en el que se sitúa la compañía que externaliza dichos servicios.

Publicado el 21 Ene 2008

El Offshore: una nueva arma para mejorar competitividad y productividad

Por Stephane Cerf, director de Satyam para España
Aunque hace sólo unos años hubiera sido impensable que un director de sistemas decidiese externalizar el desarrollo o mantenimiento de los sistemas informáticos, lo cierto es que se trata de una actividad relativamente fácil de deslocalizar. Si a esto le añadimos que en India, Asia o los países del este de Europa, los costes son aún considerablemente más bajos que en España y el personal informático cualificado abunda, no sorprende que este fenómeno vaya en aumento.
El temor ante la imparable pérdida de puestos de trabajo cualificados es, en cierto modo, injustificado. Un estudio de McKinsey afirma que:
a) la deslocalización beneficia a los dos países a los que afecta;
b) cada dólar que Estados Unidos paga a la India por la subcontratación de servicios genera un valor de 1,46 dólares, de los que más del 75% regresa a EEUU;
c) Norteamérica ha ganado 50.000 millones de dólares en los últimos cinco años con la deslocalización de servicios a países como la India.
Es decir, aunque la deslocalización de servicios supone un indudable coste a corto plazo para determinados grupos de trabajadores de un país, a medio y largo plazo los beneficios para los dos países pueden llegar a ser considerables.
El offshore de servicios informáticos debe considerarse como una oportunidad para ahorrar costes, aunque a corto plazo signifique la migración de empleo cualificado. La externalización de servicios informáticos permite hacer variables los costes fijos de desarrollo y mantenimiento de sistemas informáticos, liberar recursos para desarrollar iniciativas estratégicas y acceder a especialistas no disponibles internamente.
La directriz básica a la hora de tomar una decisión es concentrarse en las áreas en las que existe una diferenciación estratégica y que se desea controlar. Una vez identificadas estas áreas, es necesario categorizar los sistemas informáticos en sistemas imprescindibles para conseguir esta diferenciación y los que no lo son. De esta forma, se debería mantener el control de las actividades clave dentro de la cadena de valor informática, como la definición, especificación y pruebas del sistema. Las otras actividades de esta cadena de valor, como el diseño técnico, la implantación y el mantenimiento sí que se pueden externalizar.
Los temores principales (e.j. la pérdida de control) se pueden minimizar estableciendo un proceso de selección detallado del proveedor de servicios externo, poniendo mucho cuidado en la negociación final a la hora de redactar el contrato y los niveles de servicio esperados y formando un equipo especializado en gestionar a los proveedores y monitorizar el cumplimiento de los niveles de servicio contratados.
La deslocalización es consecuencia de la globalización de las actividades económicas. Gracias a las mejoras en telecomunicaciones, la externalización a otros países está afectando tanto a la industria como a los servicios. Las tecnologías de la información y la comunicación son especialmente fáciles de deslocalizar puesto que el producto o servicio puede transmitirse instantáneamente por las redes.

¿Qué te ha parecido este artículo?

La tua opinione è importante per noi!

Rufino Contreras

Rufino Contreras

Periodista con luenga experiencia en Tecnologías de la información. Vi alumbrar el primer ordenador personal y ahora soy copiloto de la IA (ahí lo dejo). Me inquieta y me apasiona la ciberseguridad, es necesario conocer las trampas del cibercrimen y con qué armas contamos para desarticularlo. Trato de conjugar la profundidad de los clásicos con los horizontes de la innovación. Ya lo dijo Apio Claudio: “El hombre es artífice de su destino”, y ahora más, gracias a la tecnología. Pero no olvidemos a Sócrates: “La técnica sin virtud no es nada.”
Sígueme en

Artículos relacionados