Aunque lleva años aplicándose a diversos usos -peajes automáticos, tarjetas de accesos a edificios o chips de identificación para mascotas, entre otros- no ha sido hasta ahora cuando la tecnología EPC (Electronic Product Code) ha evolucionado hasta convertirse en una herramienta clave en el comercio, llegando a perfilarse incluso como la sucesora del código de barras, tecnología actualmente utilizada en España por más de 22.000 compañías.
Y es que este sistema de identificación de productos y mercancías mediante chips, que combina tecnología de radiofrecuencia de identificación e Internet, ha llegado para quedarse.
En este sentido, y para analizar la situación actual en nuestro país así como las perspectivas de futuro de este sistema, un centenar de profesionales se reunieron en torno al II Seminario sobre EPC, organizado recientemente por AECOC, La Asociación de Fabricantes y Distribuidores, y en el que participaron diversas empresas que ya han sometido a prueba este nuevo sistema.
Las etiquetas inteligentes permiten la identificación automática de productos a través de un sistema de radiofrecuencia, combinado con otro de información basado en Internet. Con este método, cada artículo dispondrá de un espacio web asociado, con información completa sobre su composición, origen y lugar de fabricación, fecha de caducidad y trayecto comercial. Todo esto contribuirá a que se mejore la seguridad de los mismos y también su disponibilidad.
El uso de este “chip inteligente” permite mejoras en sectores como la alimentación (control individualizado de cada alimento), la salud (tarjetas de identificación con historial médico, o el caso estadounidense, donde en el 2007 será obligatoria esta tecnología para los medicamentos que se comercialicen en todo el país), el transporte (control de equipajes), la industria automovilística (seguimiento de vehículos en la cadena de montaje), o la identificación de animales.
Convertido es un estándar global que ya ha comenzado a extenderse internacionalmente, en países como Estados Unidos, Alemania, Suiza o el Reino Unido, el horizonte temporal para su implantación en España ha sido calculado en unos 10 años, con una cifra de inversión por parte de los futuros usuarios de esta tecnología de aproximadamente 1.000 millones de euros. En 2008 ya habrá un volumen de compañías usuarias suficiente para que este tipo de tecnología sea rentable, según AECOC.
AECOC “La Asociación de fabricantes y distribuidores” que en su día introdujo en España el código de barras es ahora la encargada de dar a conocer y promover la utilización del EPC entre las empresas españolas. Para ello, la Asociación ha inaugurado en Barcelona un espacio de pruebas de radiofrecuencia de identificación (RFID) de los más avanzados de Europa, especializado en el desarrollo de los códigos electrónicos.
El Centro ha contado con una inversión de 2,5 millones de euros. y está apoyado por el CIDEM (Centro para la Innovación y el Desarrollo Empresarial, dependiente del departamento de Trabajo e Industria de la Generalitat de Catalunya), integra actividades de I+D, consultoría e ingeniería, gestión del conocimiento, demostración y medición, entre otras.