Los bancos europeos estiman los costes de implantación de la SEPA en más de 1.000 millones de euros

De acuerdo a un estudio realizado por Capgemini, que también indica que los planes de las entidades bancarias para implantar la nueva directiva de Servicios de Pagos se encuentran muy avanzados.

Publicado el 28 Oct 2008

“La evolución de la SEPA requiere cambios importantes en los servicios de pago que incidirán en los ingresos y en los servicios al cliente. En consecuencia, los bancos están adoptando un enfoque cauteloso, sobre todo porque prevén que la implantación se va a retrasar”, explica Bertrand Lavayssière, director gerente de Global Financial Services de Capgemini, quien también considera que la encuesta realizada por Capgemini en la conferencia SIBOS, “refleja que los proyectos de la mayoría de los bancos destinados a abordar la nueva DSP están muy avanzados, aunque todavía queda mucho trabajo por hacer”.

Según indica este estudio, que ha encuestado a 68 entidades bancarias de catorce países diferentes, el 80 por ciento de las entidades bancarias europeas tiene ya en marcha iniciativas específicas para la nueva Directiva sobre los Servicios de Pagos (DSP), enmarcada en la evolución de la Zona Única de Pago en Euros (SEPA), y los nuevos esquemas de pago para las transferencias y los adeudos directos.

Sin embargo, también se pone de relieve que todavía queda camino por recorrer para cumplir el calendario de implantación de la DSP que se cumple en noviembre de 2009. Y es que el informe ha puesto de manifiesto una serie de inquietudes como el impacto que puede tener en los ingresos y la capacidad de realizar una implantación armonizada. Un tercio de los encuestados gestiona su actividad de pagos centralmente, por lo que éstas serán las entidades que más coherencia deberán emplear durante el proceso de transición, señala Capgemini.

Por otro lado, los banqueros sondeados estiman los costes de aplicar la DSP en más de 1.000 millones de euros. Además, creen que afectaría igualmente a la pérdida de ingresos derivada de la atribución de fecha valor. Igualmente, se muestra un pesimismo generalizado en torno al cumplimiento del plazo de implantación. Casi la mitad de las entidades cree que el límite establecido para noviembre de 2009 va a ser ampliado; mientras que el 68 por ciento considera que es necesaria una fecha tope estricta para que la SEPA sea un éxito.

Otra de las inquietudes reveladas hace referencia a realizar una implantación coordinada en toda Europa. Más de la mitad de los encuestados afirma que la implantación armonizada a través de la UE es el mayor desafío que plantea el cumplimiento de esta directiva. Y es que la mayoría de los bancos reconocen no conocer apenas las iniciativas desarrolladas en otros países. Por otro lado, los banqueros también se muestran preocupados a la hora de adaptar las funciones de cara al cliente. En este sentido, el estudio indica que el 39 por ciento de los entrevistados considera que las mayores trabas se encuentran en los términos y condiciones contractuales. Y, por último, otra importante barrera reflejada son los requisitos para acomodar la infraestructura organizativa y de TI.

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Redacción

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