Beneficios de la democratización del desarrollo de software en los negocios

Tim Johnson, Senior Product Marketing Manager de CloudBees.

Publicado el 24 Ene 2023

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Los procesos de desarrollo de software se han abierto cada vez más hacia profesionales que no son necesariamente ingenieros, a través de conceptos como low-code o no-code, dando paso a la era de la democratización del desarrollo. Las personas y profesionales involucrados en el desarrollo de software están cambiando. Hoy en día, cualquier persona con conexión a Internet puede desarrollar una aplicación, incluso sin tener conocimiento de programación.

Más allá de las implicaciones que esto puede tener para los individuos, es un buen momento para preguntarse qué puede significar esta tendencia para las empresas y los negocios actuales. Más aún cuando estudios recientes evidencian que el gasto mundial en software por parte de las empresas continúa creciendo. Según Forrester, se espera que el gasto en software a nivel mundial tenga una tasa de crecimiento anual compuesta del 10,3% entre 2021 y 2023. Superiores son las predicciones en el caso del mercado de software de aplicaciones, que tendrán un crecimiento del 11,4% hasta 2023, superando los 400.000 millones de dólares.

Con estas predicciones y las tendencias en el sector del desarrollo de software, cabe preguntarse ¿cómo tiende a ser la democratización del desarrollo cuando se trata de generar y entregar valor de negocio?

Derribando mitos: la democratización del desarrollo

En primer lugar, repasemos algunas ideas preconcebidas. Los programadores no van a desaparecer de forma automática y, del mismo modo, los “no-codificadores” no van a convertirse de la noche a la mañana en codificadores, o tampoco es probable que veamos a los desarrolladores tradicionales empezando a usar herramientas abstractas o que no requieren su experiencia y conocimiento como las de low code/no code. Los que es probable es que ambos modelos coexistan, ya que cada uno aporta diferentes beneficios a sus canales de entrega de software en función de las necesidades y funciones que se requieran. Y más aún, dada la creciente necesidad de asegurar la cadena de suministro de software y garantizar que todos los aspectos de la entrega de software son verificables y cumplen con la normativa, lo que permite que ambos modelos convivan.

Algo que sí está cambiando en cuanto al desarrollo de software es que ya no es solo dominio de los ingenieros. Conforme el software se convierte en el componente principal para que una empresa sea capaz de ofrecer valor, son más las personas que están involucradas y participan en el proceso de desarrollo de software, para definir, crear y entregar ese valor. En los últimos años nos hemos enfrentado a grandes cambios que han obligado a las empresas a adaptarse a una nueva forma de trabajar, en la que tiene que saber cómo optimizar los recursos en circunstancias cambiantes, replantearse decisiones y cumplir con las normativas.

Estamos dejando atrás el viejo dicho de “TI no entiende el negocio en el que está, y el negocio no entiende lo que hace TI”, a pesar de que pueda seguir siendo cierto en algunas empresas. Hoy en día, la parte del negocio se está convirtiendo en un partner o socio en el proceso de desarrollo de software, ya que la entrega del software es actualmente un componente crítico para el valor de la empresa y ambas “partes” están en el mismo lado.

Desarrollo de software y valor empresarial ¿cómo hacer que funcionen juntos?

Una de las cosas más importantes para que ambas partes trabajen mejor juntas es que encuentren una forma de comunicar sus prioridades y métricas claves entre sí, necesitan una especie de “Piedra Rosetta”. Esto les permitirá ayudarse mutuamente para entender cómo están aportando ambos a los objetivos empresariales, para poder alinearse y tomar decisiones como uno solo. Esa herramienta de “traductor universal” es el Value Stream Management (Gestión de Flujo de Valor, en castellano).

La gestión de flujo de valor o VSM obliga tanto a técnicos como a empresarios a reunirse y ponerse de acuerdo sobre las prioridades, haciendo un seguimiento del flujo de valor a través de toda la organización. Las herramientas de VSM ayudan a los técnicos a traducir su trabajo en conceptos que la parte empresarial pueda comprender y utilizar. Y viceversa, VSM también ayuda a los responsables de negocio a plantear sus preocupaciones y necesidades a los equipos con un alto nivel técnico.

Las herramientas VSM aportan visibilidad sobre la tecnología y el análisis necesario para tomar decisiones. Esto le permite ganar control y aplicar la automatización para ejecutar esas decisiones. Esto abre la puerta a que la parte empresarial se incorpore al desarrollo de software de una forma más práctica, actuando como verdaderos iguales con los técnicos en este proceso y generando valor empresarial de forma conjunta.

El Value Stream Management permite la democratización del valor empresarial en un mundo impulsado por el software. Permite que toda la empresa se involucre directamente en lo que produce y en el valor que le acompaña. Dado que el software esta cada vez más ligado al valor empresarial, se convierte en esencial que los creadores de ese código tengan voz y voto en todas las fases del proceso. Esta democratización ayuda a sentar las bases para un cambio de organización empresarial que proporciona un futuro prometedor para la colaboración y el trabajo en equipo entre TI y el negocio.

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Redacción

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