La eAdministración ha pasado de ser una iniciativa aislada a ser una realidad implantada en mayor o menor grado. Pero aún queda mucho por hacer para llegar a lograr sin problemas, el uno de enero de 2010, la convergencia con Europa, teniendo que atender con anterioridad a leyes tan importantes como son la Ley de acceso electrónico de los ciudadanos a los Servicios Públicos, y la nueva Ley de Contratación Pública, que entrará en vigor el próximo 30 de abril.
Bajo este paraguas, y ante el periodo de transformación que están afrontando las distintas administraciones, SAP reunió la semana pasada en Sevilla a más de 200 asistentes, representantes de los tres niveles de la administración española, con el objetivo de analizar la situación actual de la eAdministración en nuestro país, así como el papel que juegan las TIC en ese proceso de modernización.
El acto de inauguración corrió a cargo de Eduardo Clérigo, director de Sistemas de Información de la Junta de Andalucía, quien explicó que en el caso concreto de la comunidad andaluza, “el reto es conseguir la segunda modernización” aunque, “hoy podemos decir que la eAdministración es una realidad incuestionable”, añadió. Según el directivo, “del total recaudado por la comunidad andaluza en el primer trimestre de 2008, una cifra que ascendió a más de 570 millones de euros, el 37 por ciento, es decir, unos 210 millones de euros, llegaron por vía telemática”.
Pero, la Administración española se caracteriza por la complejidad de las diferentes líneas de negocio existentes y, por ello, los retos son evidentes. Aún, el grado de implantación de la eAdministración es bajo y las iniciativas son muy individuales. Además, existe una notable falta de conocimiento y de presupuesto, y la necesidad de modernización interna es patente. Junto a todo ello, los participantes no dudaron en reconocer la gran importancia que tienen las TIC como pilar estratégico para ayudar a mejorar los servicios a los ciudadanos, sobre todo, a partir de la consecución de tres objetivos clave: eficiencia, eficacia y transparencia.
Estas conclusiones desprendidas del evento derivaron en el análisis de una serie de recomendaciones que deberían tener en cuenta las administraciones, tales como: empezar por proyectos pequeños y afrontar los procesos de gestión del cambio teniendo en cuanta a los ciudadanos, el impulso de tecnologías flexibles, escalables y reutilizables (en concreto, SOA), y la motivación y formación de equipos profesionales y especializados.
Ante este panorama, y con el objetivo de que las administraciones ganen en productividad y eficiencia, SAP ha decidido ofrecer de una plataforma de procesos empresariales para el Sector Público. Bajo la máxima de garantizar la flexibilidad, la compañía ha decidido mantener la versión 6.0 de su ERP hasta el año 2012, “permitiendo a las administraciones que adopten esta versión ir incorporando nuevos paquetes de funcionalidad mejorados”, afirmó Jordi Aracil, director de Sector Público de SAP en España.
Los pilares de esta la solución los componen, por un lado, las soluciones de gobierno transversales (soluciones horizontales), y las soluciones departamentales (soluciones verticales). Por otro lado, una plataforma tecnológica basada en Enterprise SOA, concepto que la compañía lanzó el año pasado, permitirá componer procesos y aplicaciones, así como intercambiar tecnologías existentes SAP y no SAP. Todo, basado en un entorno web, y siempre con la capa de BI por encima. Además, impulsará la red de partners para facilitar la co innovación, la cual estará apoyada por la red de colaboración para el conocimiento.
Para SAP, “la Administración pública es uno de los tres sectores marcados por la compañía, con un peso de alrededor del 28 por ciento, y con perspectivas de crecimiento; el año pasado crecimos un 12 por ciento y para este años esperamos que la cifra llegue hasta el 26 por ciento”, afirmó Aracil.
El directivo, también manifestó la situación de “incredulidad” reinante ante el reto de conseguir la eAdministración en 2010. Y como recomendaciones, apuntó la necesidad de “emprender planes importantes de inversión, incluida la tecnológica, así como la definición de proyectos para este objetivo, además de depositar confianza en el sector privado y, en concreto, en las TIC”.