Tras 7 años de bonanza, Toshiba empieza a flaquear. La compañía nipona acaba de publicar los resultados globales al cierre de los nueve primeros meses de su ejercicio fiscal. En ellos se anuncia unas pérdidas netas de 159.597 millones de yenes (unos 1.358 millones de euros), frente a los 126.162 millones de yenes (1.071 millones de euros) de beneficio que logró en el mismo periodo del ejercicio anterior.
El empeoramiento de la situación económica global, unido a la lenta marcha del negocio de los semiconductores, explican, a decir del comunicado de la compañía, tales resultados. Y es que las ventas de la multinacional japonesa llegaron a los 4,98 billones de yenes (42.330 millones de euros) durante el periodo analizado, lo que implica una reducción del 10,5% respecto al año fiscal precedente.
Lo peor llegó entre octubre y diciembre, cuando las pérdidas netas ascendieron a 121.143 millones de yenes (1.028,7 millones de euros) y las operativas de 158.800 millones de yenes (1.530 millones de euros). Por su parte, los ingresos del grupo en este trimestre resultaron un 20,7% inferiores a los del mismo trimestre del pasado ejercicio (12.639 millones de euros).
En este marco de malos resultados, los primeros en los últimos siete años, Toshiba ha anunciado también que recortará 4.500 puestos de trabajo temporales y en su negocio de semiconductores y pantallas de cristal líquido, según apunta la agencia local Kyodo. Además, ha paralizado la construcción de una nueva planta en Japón.
Pero no sólo de chips se sirve la multinacional. Así, según Bloomberg, también su producción de memorias flash NAND se reducirá al igual que dará marcha atrás en productos digitales como televisores, PC y móviles.