Hasta el momento las compañías europeas que han adoptado soluciones de e-procurement para llevar a cabo la gestión de sus compras y aprovisionamiento han conseguido beneficios económicos muy dispares. Así lo pone de manifiesto el segundo estudio paneuropeo sobre e-procurement realizado por Accenture a partir de 30 entrevistas a compañías innovadoras que trabajan en este entorno desde hace al menos dos años y en el que se apunta como causa principal de esta situación el hecho de que bajo el concepto de e-procurement se engloben diversos tipos de iniciativas que van desde la simple automatización de los procesos internos de solicitud de materiales y productos, el denominado e-requisitioning, hasta las actividades de negociación electrónica y organización de subastas en la Red, procesos conocidos como e-bidding y e-auction, repectivamente, pasando por el análisis del mercado o e-intelligente y la gestión de las operaciones logísticas asociadas o e-fulfillment.
En el estudio de Accenture se señala que en el momento actual es difícil encontrar compañías en Europa que hayan desarrollado un entorno completo de gestión de compras del que formen parte todos los componentes mencionados anteriormente pero, sin embargo, la consultora confirma la existencia de una tendencia en la dirección de la gestión de compras que se orienta hacia un escenario en que se integren todos esos elementos, lo que significará una transformación radical.
Desde la perspectiva de la rentabilidad, el estudio apunta la necesidad de valorar de forma individualizada cada uno de los componentes así como de definir claramente el enfoque de la implantación y los cambios asociados a ésta con el objetivo de alcanzar los objetivos marcados. En el caso concreto del e-requisitioning la mayoría de las compañías todavía se encuentran en las primeras etapas de implantación; en el de las subastas y la negociación electrónica, la rentabilidad de la inversión puede ser muy significativa siempre que se respeten ciertas condiciones como una rigurosa preparación previa, la comunicación y formación de los proveedores, la selección adecuada de las categorías de inversión y el momento en que se pone la marcha una subasta en la Red.
Y es que aunque las subastas en la Red todavía se encuentra en un estadio inicial (la mayoría de las compañías sólo ha dedicado una media del uno o dos por ciento de sus compras a la realización de subastas en la Red, frente a un objetivo inicial de cerca del 30 por ciento), el grado de satisfacción procurado por éstas es muy alto al conseguirse con su desarrollo una aceleración significativa del ciclo de negocio así como la obtención de unos ahorros entre el 10 y el 35 por ciento, según las compañías participantes en el estudio.
Respecto a los procesos de negociación electrónica o e-bidding, Richard Laub, socio de la práctica de gestión de cadena de suministro de Accenture, afirma que comparado con el proceso de negociación tradicional, existen claros beneficios para las compañías que acceden a los servicios de negociación electrónica. Aún asumiendo que aparecen nuevos costes de gestión por el acceso a estas nuevas capacidades, el balance final es muy favorable para este tipo de iniciativas. A través de este tipo de negociaciones, los compradores se benefician de la disminución de costes, el aumento de la productividad y la efectividad de su gestión. Y por su parte, los vendedores consiguen un conocimiento más exhaustivo del mercado de compradores y competidores, acceden a nuevas oportunidades de negocio y pueden entender con mayor facilidad los parámetros de valoración y decisión del mercado.
Pero si bien todos estos componentes tienen su importancia en el ámbito del e-procurement, los mercados virtuales se revelan como piezas clave en este campo. Y mientras las grandes multinacionales en las industrias líderes ya han establecidos sus eMarketplaces, sólo un pequeño número de empresas de menor tamaño ya ha creado o está desarrollando sus propios mercados electrónicos, aunque es previsible que en un futuro se acelere este proceso dando entrada a nuevos participantes y agregando iniciativas competidoras o complementarias.




