Gestión: la base del rendimiento empresarial

José Francisco Romero-Hombrebueno, director de consultoría de ventas de Business Objects.

Publicado el 10 May 2006

Cada vez más empresas de todo el mundo están adoptando las estrategias para la gestión del rendimiento empresarial. Esto se debe a que en la actualidad manejan un gran volumen de datos sobre su rendimiento y se encuentran ante el desafío de hacer llegar la información adecuada a las personas necesarias y en el momento justo.

Así, el EPM se ha convertido en un mecanismo imprescindible para la evaluación y ejecución de estrategias corporativas dado que el EPM conecta las métricas, metodologías y planes financieros.

Ejecutar estrategias de gestión del rendimiento empresarial significa que todos los individuos de cualquier nivel dentro de la empresa pueden ver cómo se están midiendo sus actividades y cómo contribuyen ellos mismos los logros de la organización.

Es en este contexto en el que el EPM conecta a los empleados con la información de la empresa. Todos los usuarios necesitan tener una visión dentro del rendimiento empresarial, las metas y los detalles que puedan ser visualizados desde los cuadros de mandos, scorecards, planificación financiera e informes. Lógicamente, todo esto requiere de un esfuerzo colectivo de toda la compañía para poder recoger y priorizar las métricas a lo largo de las líneas de negocios y de las áreas funcionales.

Es necesaria, además, una infraestructura financiera y de negocios común, para así tener la capacidad de administrar, asegurar y controlar la información desde cualquier sistema de origen e infraestructura tecnológica. Esto es así porque solamente una empresa que esté integrada completamente es capaz de reunir todos los recursos de información y conectarlos a los planes de capital, estratégicos, pronósticos y métricas de desempeño activo.

La primera conclusión que se extrae de este planteamiento es que EPM mejora la práctica empresarial, ya que ayuda a integrar y a centralizar la información clave, aun cuando sea casi imposible organizar todo en un solo sistema. El enfoque de todo el proceso debe orientarse a lograr que la estrategia pueda ser activada por cualquiera. Esto supone que los empleados deben ser consientes de las estrategias y objetivos generales de la compañía y tener acceso a la información y a las posibilidades de análisis que les permiten tomar acciones con rapidez y así colaborar en las acciones que conduzcan hacia la obtención de los objetivos de la empresa.

Además, el EPM es decisivo para identificar las métricas clave que suelen estar diseminadas a lo largo de toda la organización. Así, permite disponer de una plataforma común a partir de la cual los distintos departamentos de las empresas se basan en los mismos parámetros, superando la diversidad de condiciones y las diferencias culturales de las operaciones internacionales.

Por otra parte, EPM conecta al departamento de Recursos Humanos con la estrategia corporativa facilitando el conocimiento sobre cómo trabajan y evolucionan cada uno de sus empleados. De este modo, los esfuerzos laborales de los empleados pueden ser correctamente recompensados, permitiendo que cada elemento significativo dentro del proceso laboral sea calculado. Esta situación facilita implantar métodos más justos y consistentes de evaluación a los empleados además permitir realizar los ajustes necesarios en cuanto a formación e incorporación de personal. A la larga, EPM ayuda a motivar a los empleados, a que los trabajadores sepan exactamente qué es lo que se espera de ellos y cuáles son las consecuencias si no cumplen sus cometido.

Además, EPM acelera la toma de decisiones a partir de los datos disponibles ya que permite responder a los cambios del mercado e integrar diferentes fuentes externas de información. Al abarcar cada departamento y cada empleado, los directivos disponen de una visión del rendimiento de la empresa a tiempo real.

Otra de las claves para el éxito del EPM es la habilidad de poder recolectar la información de las diferentes fuentes dentro de un todo interconectado, eliminando las tareas de definir qué es lo que realmente importa en la información.
Por todo ello, el EPM cambiará la forma de definir la estrategia empresarial. En un entorno competitivo, en el que los resultados a corto plazo son determinantes, la asociación entre empresa y empleados es absolutamente crítica. EPM es el primer proceso para hacer de esto una realidad.

El desarrollo más significativo de la popularización de EPM supone un cambio en el comportamiento de los individuos en la organización, en la forma en que ven el negocio y su función en el marco del negocio en general. En este punto, los directivos pueden hacer de la formulación de estrategias un ejercicio donde todos los empleados no sólo son animados a participar, si no que deben hacerlo. EPM hace de la estrategia una responsabilidad compartida y se integra dentro de la filosofía empresarial.

La gestión del rendimiento está creciendo de manera exponencial. Las compañías que implanten por completo la gestión del rendimiento tendrán la posibilidad de triunfar a lo grande. La hora para el EPM ha llegado y ya no hay vuelta atrás.

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Redacción Computing

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