Desde el mes de marzo de 1999 cuando la compañía anunciaba la separación de la compañía en dos empresas distintas hasta el 2000 incluido, se ha ido produciendo el asentamiento progresivo de las dos patas sobre las que se apoya la compañía, a saber, la propia HP para los productos informáticos y de impresión, y Agilent Technologies para los negocios de medida y prueba, semiconductores, análisis químicos y equipos de medicina. Las cifras de HP dan una idea bastante clara del peso específico del que goza la compañía en la industria, con más de 36.000 productos en su oferta, 86.000 empleados repartidos en todo el mundo y, en España, con unas cifras de negocio cercanas a los 273.000 millones de pesetas.
En toda esta estructura, Internet se alza como el común denominador, puesto que toda la fuerza de la compañía se basa sobre la estrategia que ya en 1999 emprendiera con los E-services y que fue extendiendo poco a poco hacia entornos como el de las start up, para las que, con el Programa Garaje, facilitaba el salto al e-business eliminando el riesgo tecnológico. Paulatinamente la compañía se fue adentrando en lo que tuvo a bien denominar el Capítulo II de la Internet.
A decir verdad, tres han sido los escenarios en los que la compañía presidida en España por Juan Soto se ha estado moviendo. En primer lugar, las infraestructuras Internet, determinadas irremediablemente por la condición sine qua non de “always on”, esto es, siempre disponibles, independientemente de si hablamos de sistemas informáticos o comunicaciones.
En este sentido, HP fue renovando toda su gama de productos, cuya máxima culminación fue el HP SuperDome, su servidor de más alta gama. Además, en el contexto de los negocios electrónicos contar con una buena infraestructura de almacenamiento es vital y, de este modo, durante el mes de abril la compañía reorganizaba y potenciaba su negocio de almacenamiento, apostando por las NAS, con pretensiones de incrementar su presencia en SAN, al considerarlas complementarias, no contrapuestas.
Asimismo y en la medida en la que HP participa activamente en el desarrollo del ansiado procesador Itanium, a mediados del año la subsidiaria española realizó las primeras demostraciones de equipos dotados del procesador.
En segundo lugar, los servicios electrónicos en clara referencia a los E-services y que se podría desglosar en el e-speak, el consorcio UDDI o sus acuerdos con compañías como Nokia para facilitar todos los desarrollos WAP. Íntimamente relacionada con el punto anterior se encontraría la tercera y última de las patas de HP, es decir, los dispositivos de acceso a la red, desde los asistentes personales (PDAs) a los PCs, impresoras, etc.
En definitiva, 2000 fue para la filial española el mejor año posiblemente de su historia en nuestro país, con 272.441 millones de pesetas de facturación y 128.000 PCs y servidores vendidos en total, cifras que ni siquiera el cierre de la fábrica de ensamblaje de impresoras ubicada en Barcelona pudieron palidecer.




