Banco Santander ha comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que la compra de las 318 sucursales The Royal Bank of Scotland (RBS) en Inglaterra, Gales y Escocia quedará sin efecto, poniendo fin a la operación acordada en agosto de 2010 y que estaba valorada en 1.700 millones de libras.
El motivo, el retraso en el proceso de integración tal y como declara el Santander en el comunicado a la CNMV. “Dicha compra quedará sin efecto dada la previsible falta de cumplimiento dentro del plazo acordado, -en febrero de 2013-, de las condiciones a las que estaba sometido”.
Una de las causas de este retraso podría estar en la incompatibilidad de la integración de los sistemas de TI de ambas entidades financieras, tal y como apunta la BBC. No obstante, Philip Hampton, presidente de RBS, alega que los problemas tecnológicos “siempre pueden ser solventados”, y que se debe a otras razones.
El diario británico The Telegraph también señala la discrepancia TIC como probable causa de los retrasos en la integración; incluso entra más al detalle, al afirmar que se trata de una serie de problemas TI que se han generado por la falta de compatibilidad entre las cuentas de RBS y los sistemas TI del grupo Santander.