…pretendo llamar la atención sobre un fenómeno como Facebook que se ha convertido en un auténtico monstruo en la más amplia acepción de la palabra. Constituye un imperio de 500 millones de usuarios, dicen que es la tercera ‘nación’ en número de habitantes después de China y de la India, y es objeto de estudio de los departamentos de marketing de las empresas que se devanan los sesos por sacarle partido. Y es que ya ha dejado de ser un juego de muchachos y muchachas para convertirse en un emporio. Su creador, Mark Zuckerberg, ha anunciado recientemente que su red social contará con una moneda virtual exclusiva a partir del mes de julio.
Se acabó lo que se daba para los desarrolladores de aplicaciones y juegos que se disfrutan en este foro y que los usuarios abonan a través de Paypal sin que el dueño de Facebook vea un dólar. Tendrán que pasar por caja y pagar un 30% de comisión a través de los Facebook Credits. Porcentaje que va a ser toda una bicoca si tenemos en cuenta que estos juegos y aplicaciones (podemos citar Farmville, CityVille, entre otras) mueven un volumen de negocio de 2.600 millones. Zuckerberg promete mayor promoción para estos desarrolladores con la promesa de llegar a más público en compensación con el ‘tarifazo’ que les va a aplicar.
Pero ya no es en el plano económico donde Facebook se está convirtiendo en referente, sino también en el social y político. Lo estamos viendo en las revueltas de Túnez, Yemen y Egipto (antes lo vimos en Irán). Estas redes son el perfecto instrumento de cohesión de las masas y de preparación de movimientos sociales. El sueño de Internet de un joven estudiante se ha convertido en un monstruo de la rebelión social.