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La confianza, clave para que el open banking despegue en España



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En España, menos de un 10% de los consumidores ha probado servicios basados en open banking, pese a que más del 60% declara interés en ellos

Publicado el 13 oct 2025

Michaël Lakhal

director de producto (CPO) de Signaturit Group



open banking

El open banking se presenta como una de las grandes palancas de transformación financiera en Europa, pero su adopción no avanza al mismo ritmo en todos los países. Mientras que en mercados como Reino Unido o los países nórdicos ya forma parte de la vida cotidiana de millones de usuarios, en España aún se perciben resistencias, y no es por falta de un marco regulatorio o aplicaciones tecnológicas sólidas, si no por algo más fundamental: la confianza.

Según distintos estudios, el número de usuarios de open banking en Europa roza ya los 60 millones, con previsiones de superar los 100 millones en los próximos dos años. Países como Reino Unido, Suecia o Dinamarca encabezan este crecimiento, con tasas de adopción que superan el 20% de la población digital. En España, en cambio, menos de un 10% de los consumidores ha probado servicios basados en open banking, pese a que más del 60% declara interés en ellos. Esta brecha refleja un potencial enorme, pero también la necesidad de abordar las reticencias culturales y de confianza que frenan su uso.

Porque el valor añadido de esta tecnología es indiscutible. El open banking permite a los usuarios una mejor gestión financiera personal al reunir en un solo lugar todas sus cuentas, tarjetas y préstamos. Para empresas e instituciones financieras, existen soluciones que permiten acceder en tiempo real y de forma segura a los datos bancarios, con consentimiento verificable, para tomar decisiones más rápidas y fiables. También abre la puerta a créditos y seguros más competitivos, ajustados al perfil real del cliente gracias a datos financieros actualizados. En el terreno de los pagos, ofrece alternativas más rápidas y seguras, con transferencias instantáneas que reducen costes y riesgos de fraude. Y además impulsa servicios innovadores, desde agregadores financieros hasta herramientas que permiten validar ingresos al solicitar una hipoteca o firmar un contrato de alquiler. En definitiva, supone más control, más transparencia y más opciones para el consumidor.

Entonces, teniendo en cuenta los beneficios y sabiendo que España es un país con gran apego a los bancos tradicionales y a soluciones consolidadas como Bizum, ¿por qué abrir las puertas a nuevos actores genera dudas? Superar esta barrera exige algo más que APIs robustas o regulación estricta. Es necesario aportar garantías tangibles de que el consentimiento del usuario se gestiona de manera segura, transparente y jurídicamente válida. Procesos claros, sin fricción, que refuercen la sensación de control y permitan revocar el acceso en cualquier momento. Algunas soluciones integran procesos claros y sin fricción que refuerzan la sensación de control y permiten revocar el acceso en cualquier momento, cumpliendo con PSD2. Cuando la experiencia de compartir datos es sencilla y segura, el usuario da el paso con mayor confianza.

Aquí es donde los partners especializados en seguridad digital y validación legal juegan un papel fundamental. La capacidad de ofrecer un consentimiento electrónico verificable, de garantizar la trazabilidad de cada autorización y de integrar todo ello en una experiencia ágil se convierte en el verdadero acelerador del open banking. No basta con cumplir la normativa; hay que demostrar al usuario, de manera visible, que su información está protegida en todo momento.

Por tanto, si conseguimos trasladar esa confianza al consumidor, España podrá reducir la distancia que la separa de los líderes europeos y avanzar hacia un modelo en el que la innovación financiera no solo esté al alcance de unos pocos early adopters, sino que se convierta en parte de la vida cotidiana de todos.  Ese avance no vendrá únicamente de la mano de bancos o fintechs, sino de alianzas con socios tecnológicos que ofrezcan acceso seguro, análisis inteligente y consentimiento verificable de los datos bancarios. Solo así el open banking alcanzará su verdadero potencial en nuestro país.

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