Las consecuencias de la pandemia de 2020 han sido significativas para las empresas en todo el mundo. Las organizaciones tuvieron que superar rápidamente algunos cambios muy relevantes: modelos de gestión de equipos y soporte, aumento exponencial en la demanda de red, o mayores requisitos de seguridad y privacidad, entre otros.
Hemos visto cómo los CIO, que no solo habían iniciado, sino que habían progresado eficientemente en una transformación digital, pudieron adaptarse a estos desafíos inesperados de manera más efectiva. Pero también hemos visto, con cierta sorpresa, cómo muchas empresas no estaban preparadas para procesos que ahora se antojan básicos, como el teletrabajo. En una reciente encuesta realizada por Micro Focus a escala global entre el 7 de Julio y el 7 de agosto 2020 sobre los efectos de la Covid en la transformación digital, realizada a nivel mundial a los principales responsables de la toma de decisiones de TI, casi el 40% afirmó que había priorizado el inicio de su viaje como resultado de la pandemia, mientras que el 60% restante espera hacer estos cambios en los próximos 12 meses.
¿Por qué este aparente retraso? ¿Qué es lo que dificulta el éxito de algunas organizaciones en la economía digital?
Existen factores externos que afectan a sus estrategias de TI: nuevas tecnologías y nuevos modelos de prestación de productos o servicios, expectativas de mercado cambiantes, requisitos comerciales que evolucionan rápidamente… Desafortunadamente, ninguno de estos cambios es simple, y cuando se suman dos o más de estos factores, el nivel de complejidad aumenta exponencialmente. Las organizaciones tienen ya sistemas de TI habitualmente complejos que hacen funcionar su negocio, y a lo largo de los años, es probable que hayan construido una propiedad intelectual significativa en torno a dichos sistemas. Como la empresa no puede parar mientras evoluciona, todas estas complejidades deben gestionarse a medida que la empresa se transforma digitalmente, a la vez que se gestiona el riesgo y los costes asociados a la propia transformación digital. No es nada sencillo.
Pero, por otro lado, son evidentes los muchos beneficios que aporta la transformación digital, por eso las organizaciones la buscan. Al transformar digitalmente su empresa, puede mejorar sus operaciones para mejorar su eficiencia y ofrecer servicios o tecnología de formas nuevas y mejores. Los beneficios también se extienden a la capacitación de sus empleados y a la búsqueda de nuevas fuentes de ingresos implantando nuevos modelos comerciales. La Covid ha dado el último empujón necesario a las organizaciones para acelerar su proceso de transformación, a pesar de las dificultades señaladas más arriba.
Sin embargo, es fundamental tener en cuenta que la transformación digital es un ciclo continuo: Te estás transformando continuamente con el tiempo porque necesitas adaptarte continuamente a los nuevos factores externos del mercado, de la tecnología, de la economía y de la sociedad. Se trata de una aproximación ágil, en la que tus propios objetivos de transformación van evolucionando mientras realizas un viaje de largo plazo. ¿Y por qué es importante tener en cuenta este aspecto a largo plazo de la transformación digital? Porque refuerza la importancia de asociarse en su viaje con un socio como Micro Focus.
Nuestro punto de vista único sobre la transformación digital es que las organizaciones no necesitan empezar de cero. Al unir las tecnologías existentes y las emergentes, pueden transformarse digitalmente de manera eficiente, con menor riesgo y coste. Combinando pragmatismo, disciplina e innovación centrada en el cliente, brindamos soluciones fiables y comprobadas que nuestros clientes necesitan para tener éxito en el mercado actual que evoluciona rápidamente. A esto lo llamamos Smart Digital Transformation.
