El Pasaporte Digital de Producto (DPP) se perfila como uno de los grandes catalizadores de la transformación sostenible e inteligente de la industria europea. Impulsado por el Reglamento de Ecodiseño de Productos Sostenibles (ESPR) y otros reglamentos como el de baterías y productos de construcción, este pasaporte digital permitirá recopilar toda la información clave de un producto durante su ciclo de vida: desde su composición, origen y huella ambiental, hasta su reciclabilidad e instrucciones de desmantelamiento. En definitiva, busca garantizar la transparencia de la información sobre la sostenibilidad de los productos a lo largo de toda la cadena de valor, ayudando a consumidores, clientes y otros interesados a tomar decisiones informadas.
El DPP democratiza el acceso a datos relevantes para todos los actores que participan en el ciclo de vida de un producto, desde los operadores económicos (fabricantes, importadores, distribuidores, proveedores de mercados en línea) que introducen el producto en el mercado hasta los consumidores finales, pasando por autoridades, recicladores y gestores de residuos.
Su implementación será obligatoria para un conjunto de productos donde el primer plan de trabajo publicado por la UE para 2025-2030 incluye productos finales como textiles, muebles, neumáticos y colchones, y productos intermedios como hierro, acero y aluminio. Además, las baterías tienen fecha fijada para 2027 y los productos de construcción para 2028.
Retos del Pasaporte Digital de Producto
Uno de los grandes retos del Pasaporte Digital de Producto (DPP) es la recopilación de toda la información necesaria y exigida a lo largo de la cadena de suministro. Esto también incluye datos sobre el uso y operación del producto cuando así sea determinado. Para abordar este desafío, CEN y CENELEC están desarrollando estándares que establecen pautas sobre interoperabilidad, almacenamiento, APIs, acceso y autorización, facilitando así la generación y acceso a los pasaportes digitales de producto.
Dado el carácter transversal de recopilación de información que tiene el DPP a través de toda la cadena de suministro y ciclo de vida de producto, desde LKS NEXT estamos trabajando en la integración de DPP con espacios de datos interoperables. Estos espacios permiten una gestión segura, soberana y estandarizada de la información, basada en arquitecturas federadas. Esto significa que los datos permanecen en su origen pero son accesibles mediante reglas claras y trazables, a través de conectores, APIs y sistemas de identidad compartida. Esta posición nos permitirá facilitar a las organizaciones la recopilación y generación de la información necesaria para el pasaporte digital de producto.
En las jornadas técnicas en las que hemos participado desde LKS Next —con BAIDATA, TECNALIA y GAIA— hemos analizado no sólo los aspectos normativos y tecnológicos del DPP, sino también sus implicaciones estratégicas, reflejando un conjunto de beneficios principales que el DPP puede ofrecer a las organizaciones, más allá del cumplimiento normativo:
- Toma de decisiones informadas para consumidores y empresas, mediante una trazabilidad integral de la información del producto.
- Nuevos modelos de negocio basados en datos.
- Alineación con criterios ESG y exigencias regulatorias.
- Impulso para avanzar en la digitalización de los procesos e información.
Asimismo, LKS NEXT participa en el proyecto Smarteko, que tiene por objetivo sentar las bases y desarrollar plataformas digitales que den respuesta a la generación de pasaportes digitales de forma versátil y flexible para su adaptación a diferentes contextos sectoriales y/o familias de productos.
Desde LKS Next trabajamos para preparar a las empresas frente a esta revolución. El momento de actuar es ahora. Las organizaciones deben activar planes de adaptación que incluyan procesos de digitalización, integración de información digital y colaboración con proveedores, así como el diseño de estrategias de datos alineadas con este nuevo paradigma.
El Pasaporte Digital de Producto no es una opción: es el pasaporte hacia una economía más resiliente, digitalizada, conectada y circular.