OPINIÓN

Organizaciones agénticas: Oportunidades, responsabilidades y riesgos para el sector público y privado



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Adoptar agentes de IA a gran escala permite a las organizaciones transformarse en entidades agénticas, capaces de ofrecer servicios y atención al ciudadano las 24 horas del día, los 7 días de la semana

Publicado el 8 oct 2025

Ana Alonso

Vicepresidenta Senior para el Suroeste de Europa para el negocio de Sector Público en Salesforce



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Ana Alonso, Vicepresidenta Senior para el Suroeste de Europa para Sector Público en Salesforce.

El lanzamiento de ChatGPT en 2022 desató una revolución en la inteligencia artificial generativa, una ola de innovación que ha impactado tanto en el sector privado como en el público. De esta revolución han surgido los agentes de IA, que combinan la IA generativa con la automatización de procesos y la integración de aplicaciones (API). Esta sinergia está redefiniendo la eficiencia y la capacidad de servicio en cualquier organización, ya sea una empresa o una Administración Pública.

Adoptar agentes de IA a gran escala permite a las organizaciones transformarse en entidades agénticas, capaces de ofrecer servicios y atención al ciudadano las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Para una empresa, esto significa una atención ininterrumpida al cliente y una gestión de recursos optimizada. Para la Administración Pública, se traduce en la capacidad de responder a solicitudes, procesar trámites y ofrecer información en cualquier momento, eliminando la escasez de personal y adaptándose a picos de demanda, como en periodos de convocatorias o presentación de impuestos.

La implementación de estos agentes no solo optimiza la eficiencia operativa, sino que también crea un «gemelo inteligente» de la organización, un sistema dinámico que aprende y se adapta para mejorar continuamente la prestación de servicios, ya sean comerciales o públicos. Sin embargo, para capitalizar estas oportunidades, las organizaciones deben estar dispuestas a realizar cambios estructurales y culturales profundos.

Los líderes, ya sean CEO de empresas o responsables de Administraciones Públicas, tienen la responsabilidad de guiar esta transformación. Deben ser los arquitectos de una visión audaz que maximice el retorno de la inversión en tecnología. Al mismo tiempo, es crucial que evalúen y mitiguen los riesgos inherentes a esta transición.

La implementación de agentes de IA es un proceso iterativo. A medida que la tecnología evoluciona, las organizaciones deben reevaluar cuatro pilares fundamentales de esta revolución:

  • Rediseñar puestos de trabajo: Los agentes de IA no reemplazan personas, sino tareas. La clave es rediseñar roles para que los empleados públicos y privados se centren en labores de mayor valor que requieran creatividad, pensamiento crítico e interacción humana, como la resolución de casos complejos o la atención personalizada.
  • Reeducar a los empleados: Es vital invertir en la capacitación de los trabajadores para que adquieran las habilidades necesarias para colaborar con la IA. Esto incluye el conocimiento de las herramientas y la capacidad de utilizarlas para mejorar su desempeño y la calidad del servicio.
  • Redistribuir personas: A medida que los roles se transforman, las organizaciones deben planificar la redistribución del talento para aprovechar al máximo las capacidades de sus equipos en los nuevos puestos, asegurando que el personal se ubique donde más valor pueda aportar.
  • Reequilibrar la organización: La estructura organizativa debe ajustarse para fomentar una cultura de colaboración entre humanos y agentes de IA. Esto implica un cambio en las jerarquías, los flujos de trabajo y la toma de decisiones, tanto en un ministerio como en una gran corporación.

A pesar del potencial tecnológico, el mayor desafío y riesgo en esta revolución es el cambio cultural. La adopción de la IA a nivel personal ha superado a la profesional, en gran parte debido a la resistencia de los empleados. Las principales barreras son:

  • El miedo a ser percibido como incompetente por usar herramientas de IA.
  • La falta de conocimiento para integrar estas herramientas en el trabajo diario.
  • La preocupación por el reemplazo de tareas o, incluso, de puestos de trabajo enteros.
  • La responsabilidad de los líderes es disipar estos miedos. Deben comunicar claramente que la IA es una herramienta para potenciar a los empleados, no para sustituirlos. El éxito de la transformación agéntica depende no solo de la tecnología, sino de la capacidad de las organizaciones para gestionar el cambio humano. La colaboración activa de gerentes intermedios y empleados es fundamental para que esta visión se convierta en una realidad.

El futuro del trabajo no es una confrontación entre humanos y máquinas, sino una sinergia en la que los agentes de IA liberan a las personas para que se concentren en lo que mejor saben hacer: innovar, conectar y crear.

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