La mayoría de los equipos de desarrollo no pierde tiempo por falta de talento, sino por exceso de mantenimiento. Cada vez que una aplicación cambia, es muy frecuente que algo deje de funcionar. Y lo que debería ser un pequeño ajuste se convierte en una cadena de revisiones, pruebas y correcciones que consume horas de trabajo cualificado.
Imagina un viernes por la tarde. Tu equipo está cerrando la semana y, en lugar de centrarse en mejorar el producto, está reescribiendo las mismas pruebas automáticas que han fallado por un cambio mínimo en la interfaz. No hay errores graves, solo detalles que provocan un efecto dominó. Pero ese tiempo perdido no vuelve. Y se repite semana tras semana.
Detrás de esa escena cotidiana hay un coste invisible que casi todas las empresas tecnológicas asumen sin darle la importancia necesaria. Las pruebas automatizadas (esas que garantizan que cada pantalla siga funcionando tras un cambio) son imprescindibles. Pero también son frágiles, caras de mantener y difíciles de escalar. Cada modificación del producto puede romper decenas de pruebas. Repararlos requiere experiencia, coordinación entre equipos y una documentación que casi nunca está actualizada. Lo que en teoría debería garantizar calidad acaba absorbiendo tiempo, recursos y energía.
En LKS Next creemos que la tecnología debe liberar, no encadenar. Por eso hemos desarrollado un enfoque que combina Inteligencia Artificial a nuestra metodología de testing para generar pruebas funcionales automáticamente a partir del conocimiento disponible en el proyecto. El sistema está compuesto por varios agentes de IA Generativa que son capaces de trabajar conjuntamente para transformar documentación desestructurada como documentos, videos, actas de captura de requisitos, etc. en suites de pruebas ejecutables, robustas y mantenibles. Cada uno de los agentes realiza las siguientes tareas:
- Uno de ellos analiza la aplicación en tiempo real y detecta los flujos de usuario y sus interacciones.
- Otro lee toda la información disponible (actas, manuales, vídeos, requisitos) y la convierte en escenarios de prueba claros y estructurados en lenguaje natural (Lenguaje Gherkin).
- El tercero traduce esos escenarios validados en pruebas automatizadas capaces de adaptarse a cambios sin romperse.
Todo este proceso está guiado por personas (Human in the loop): no sustituimos el criterio humano, lo potenciamos. La IA se encarga de las tareas repetitivas y del análisis masivo de información; el equipo decide qué validar, qué priorizar y cómo asegurar coherencia.
En la práctica, esto significa que una empresa puede pasar de tener documentación dispersa y pruebas inestables, a un sistema vivo que aprende, se actualiza y se repara solo. La IA procesa los documentos y vídeos del proyecto, mapea la aplicación, genera los escenarios, y propone las pruebas que realmente importan. El tester decide si incluye las sugerencias de la IA en su repositorio de pruebas. El resultado es una base de testing sólida, rápida de mantener y accesible.
Los beneficios son tangibles: se reduce el tiempo dedicado a reparar pruebas, los equipos se enfocan en mejorar el producto, y la calidad del software mejora al integrarse de forma fluida en los pipelines de entrega continua.
En pruebas piloto realizadas con un proyecto Open Source, el sistema alcanzó una precisión inicial del 68,7 %. Representando un ahorro de días de trabajo manual y un incremento claro en la velocidad de desarrollo de pruebas.
El verdadero valor no está solo en automatizar la escritura de pruebas, sino en liberar el talento humano para pensar estratégicamente. La IA convierte el ruido documental en conocimiento estructurado, acelera el desarrollo y reduce costes operativos.
En LKS Next, continuamos integrando herramientas avanzadas basadas en IA para optimizar y acelerar el desarrollo, siempre con un fuerte compromiso con la ética y la seguridad. Con esta visión, estamos preparados para enfrentar los desafíos del futuro del desarrollo de software.







