La inteligencia artificial está en todas partes: procesa listas de tareas pendientes, resume documentos y analiza grandes volúmenes de datos. Gracias a ella, los empleados afirman ser más eficientes y ahorrar tiempo, mientras que los directivos alaban el aumento de la productividad. Sin embargo, detrás de este aparente éxito, surge una paradoja: cuanto más rápido avanzan las personas, más descoordinados parecen estar los equipos. Con su nuevo estudio, Atlassian demuestra cómo la inteligencia artificial está transformando la forma de trabajar de las empresas. Si bien la IA se está consolidando como motor de la productividad individual, todavía le cuesta cumplir sus promesas en términos de colaboración y eficiencia colectiva.
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La IA está en todas partes, pero los equipos están cada vez menos conectados
El uso diario de la IA se ha duplicado en un año, y los empleados estiman que les hace un 33% más productivos de media, lo que les ahorra 1,3 horas al día. Incluso se ha convertido en algo natural, ya que el 51% prefiere consultar a la IA antes que a un compañero cuando busca información. Y cuando los directivos la emplean directamente (el 65% de los empleados encuestados ha visto a su superior utilizar la IA en directo para resolver un problema o completar una tarea), sus equipos son cuatro veces más propensos a adoptarla ellos mismos.
Esta tendencia forma parte de un entorno cada vez más favorable a la experimentación, ya que el 74% de los empleados considera que sus superiores fomentan activamente el uso de la IA, frente al 60% del año pasado. Se trata de un aumento significativo que refleja un cambio cultural en marcha en las compañías. Sin embargo, esta eficiencia individual no se traduce en un mejor rendimiento colectivo. Los equipos siguen abrumados por una multitud de tareas y ahora se ven inundados por una creciente ola de herramientas de IA.
Como resultado, solo el 3% de las empresas informan de una mejora significativa en su eficiencia organizativa. Los silos persisten, las decisiones están fragmentadas y el exceso de herramientas de IA aumenta la confusión, de modo que cuando se utiliza para acelerar la producción sin abordar las causas fundamentales de esta desconexión, solo se amplifica el caos. En consecuencia, el 37% de los ejecutivos reconoce que la IA a veces ha confundido a sus equipos o les ha hecho perder tiempo. Además, las empresas que se centran únicamente en la productividad personal tienen un 16% menos de probabilidades de ver avances en materia de innovación.
Líderes que buscan la transformación
Entre los ejecutivos de rangos superiores, las expectativas son altas: los líderes son 5,6 veces más propensos a creer que la IA ayuda a resolver problemas complejos. Sin embargo, solo el 4% cree que puede superar retos verdaderamente imposibles de resolver. Esta discrepancia también se nota en el uso: El 82% de los directores de marketing cree que sus equipos usan la IA para crear contenido, pero solo el 56% de estos empleados lo confirma. No obstante, el 79% de los empleados afirma que utilizaría más la IA en un entorno profesional si pudiera acceder a los datos y la información adecuados.
Aunque los ejecutivos prevén que la proporción de trabajo totalmente automatizado por la IA se duplicará en los próximos cinco años, solo el 10% espera una pérdida masiva de puestos de trabajo. De hecho, el 34% de los ejecutivos encuestados cree que la IA permitirá a los equipos volver a centrarse en tareas más estratégicas o creativas, mientras que el 29% afirma que, aunque desaparezcan algunos trabajos rutinarios, surgirán nuevas funciones.
Por último, la adopción de la IA sigue estando infravalorada en los sistemas de reconocimiento interno: algo más de la mitad de los ejecutivos (52%) afirma que se espera que fomenten su uso, sin que esto esté vinculado a su rendimiento o remuneración. Y solo el 10% afirma que la adopción de la IA repercute tanto en sus objetivos como en su remuneración.
La respuesta no reside en la competencia tecnológica. Por el contrario, la IA solo cumplirá sus promesas si se configura para conectar equipos, proyectos y conocimientos. Según el estudio de Atlassian, centrarse únicamente en la productividad individual podría costar a las empresas de la lista Fortune 500 hasta 98.000 millones de dólares al año. La transformación no vendrá de otra herramienta más, sino de un marco claro, una mejor coordinación y una visión compartida.







