OPINIÓN

Tecnología fintech: clave para cerrar la brecha educativa en las finanzas



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Aunque la digitalización haya abierto nuevas vías para acercar los servicios financieros a las personas, no basta con que las herramientas estén disponibles

Publicado el 19 nov 2025

Manuel Muñiz-Morell

Director general de Finwave para Iberia y Latinoamérica



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Fallamos en desconocimientos básicos de economía

Uno de cada tres españoles carece de los conocimientos financieros básicos para gestionar su dinero, según Funcas, el centro de análisis económico y de políticas públicas en España y la UE. Una realidad que se traduce en dificultades cotidianas como planificar un ahorro a medio plazo, entender las condiciones de un crédito o tomar decisiones clave sobre una inversión.

Estos obstáculos son el reflejo de una brecha educativa en finanzas que no debería concebirse como un problema menor, ya que limita la autonomía de la sociedad, incrementa la vulnerabilidad ante el sobreendeudamiento y frena la capacidad de construir un futuro económico individual más estable.

Fallas del sistema educativo

Las raíces de este desconocimiento son profundas. El sistema educativo tradicional, pese a ciertos avances, no ha conseguido integrar de forma sólida la enseñanza de las finanzas personales. A ello se le suma que la banca convencional tampoco ha sabido suplir esta carencia, donde el esfuerzo se han centrado más inconscientemente en promover productos que en fomentar la pedagogía financiera.

Esta inseguridad financiera tampoco se explica por la ausencia de recursos. De hecho, hoy abundan aplicaciones de ahorro, comparadores de productos o asesores digitales. Pero, aunque la digitalización haya abierto nuevas vías para acercar los servicios financieros a las personas, no basta con que las herramientas estén disponibles: es necesario que los usuarios cuenten con la comprensión para utilizarlas con criterio.

El resultado de todo esto es un ciudadano que opera en un entorno cada vez más complejo sin contar con un mapa claro que le ayude a orientarse

MANUEL MUÑIZ-MORELL

Así, el reto está en cómo estas herramientas llegan al usuario final y en qué medida se convierten en instrumentos educativos. Aquí es donde la tecnología que desarrollamos las fintech representa una oportunidad para que las entidades faciliten el aprendizaje práctico de las finanzas a sus clientes, integrando educación y experiencia en el manejo del dinero diario. Solo de este modo, es posible avanzar hacia una mayor autonomía económica y una gestión más consciente de los recursos personales.

Tecnología financiera, el puente entre el dinero y el conocimiento

La fortaleza de una fintech no reside únicamente en digitalizar servicios, sino en habilitar a que las entidades financieras hagan sus productos más comprensibles para el cliente final. Estamos hablando de soluciones conocidas como los simuladores de gastos, alertas personalizadas de consumo, visualización intuitiva de movimientos o la fijación de objetivos financieros.

Desarrollamos soluciones que permiten a bancos, neobancos y otras entidades incorporar herramientas educativas en su oferta. Un ejemplo es la gamificación, que ayuda a convertir el ahorro, la inversión o la planificación de gastos en experiencias interactivas y fáciles de comprender. Otro ejemplo son las calculadoras de escenarios, que permiten mostrar al cliente cómo pequeñas decisiones cotidianas impactan en su salud financiera a medio y largo plazo.

Otra vía es el aprendizaje contextualizado. Gracias a asistentes virtuales, chatbots o alertas personalizadas integradas en las plataformas de las entidades, estas pueden ofrecer explicaciones sencillas sobre productos financieros, advertir de gastos relevantes o incluso generar resúmenes periódicos del comportamiento financiero de cada persona. Todo ello convierte cada interacción en una oportunidad de aprendizaje y ayuda a que las entidades construyan relaciones más transparentes y responsables con sus usuarios.

La tecnología de las fintech

Para nosotros, las fintech, la clave está en diseñar tecnología que ayude a las organizaciones bancarias a ofrecer experiencias financieras que eduquen mientras se utilizan. Al igual que podemos aprender a conducir mientras practicamos con un coche, se puede aprender a gestionar mejor las finanzas mientras se interactúa con ellas.

De hecho, la mejora de la educación se multiplicaría en el conjunto de la economía. Un ciudadano con mayor cultura financiera tiende a planificar mejor sus gastos, reducir su exposición al endeudamiento irresponsable y aprovechar con más criterio las oportunidades de inversión. Esto, a su vez, fortalece la estabilidad del sistema financiero y fomenta un consumo más consciente y sostenible.

Además, la educación financiera favorece la inclusión. Muchas personas se sienten excluidas del mundo de las finanzas por percibirlo como un entorno opaco, inaccesible o reservado a expertos. Pero cuando la tecnología simplifica y explica, abre la puerta a colectivos que hasta ahora se mantenían al margen.

Cada pago con tarjeta, cada transferencia, cada movimiento de ahorro puede convertirse en una oportunidad para recibir información que ayude a interpretar lo que está sucediendo. Es aquí donde este enfoque pedagógico debe verse como un valor central. La confianza de los usuarios en los servicios financieros digitales no se apoya únicamente en la rapidez o la seguridad, sino también en la capacidad de las entidades para ofrecer experiencias que empoderen y den mayor control de decisión al cliente.

Situación en España

En España, cerrar la brecha educativa en finanzas es un desafío, pero la tecnología se posiciona como la mejor herramienta para hacerlo posible. Hablamos de complementar la educación en el lugar donde más sentido tiene: en la práctica cotidiana de gestionar nuestro dinero. De esta manera, construimos una relación más saludable, transparente y consciente con el dinero. Para que este cambio sea real, resulta clave que entidades y bancos trabajen junto a las fintech para integrar tecnología que democratice no solo el acceso a los servicios financieros, sino también el conocimiento sobre ellos

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