Es indiscutible que la empresa propiedad de Jeff Bezos está de moda. Las ventas de la compañía crecieron un 27,1% alcanzando los 136.000 millones, frente a los 107.000 millones de un año atrás. Especialmente llamativos son los beneficios registrados, que se han multiplicado por cuatro desde 596 millones hasta los 2.400 millones de dólares. El beneficio anual fue de 4,9 dólares por acción.
Por áreas geográficas, Norteamérica se llevó la parte del león registrando unos 79.785 millones mientras que los 43.983 millones procedieron del resto del mundo.
La gran sensación del año y parte responsable de los resultados positivos ha sido su división de servicios en la nube Amazon Web Services (AWS) que sumó durante el ejercicio de 2016 unos 12.219 millones mostrando una progresión del 55%. En el cuarto trimestre, facturó 3.500 millones, un 47% del mismo periodo de un año antes.
Con relación a los datos del último trimestre, Amazon cosechó unos beneficios netos de 749 millones, mientras que las ventas se situaron en 43.761 millones, con crecimientos sensibles en comparación con el último cuarto del año pasado.
La euforia de la firma de Seattle está justificada en la progresión de sus resultados y las perspectivas de negocio. Hasta tal punto, que hace unas semanas anunció que crearía 100.000 nuevos puestos de trabajo en Estados Unidos, y que en 2018 cerrará con una plantilla de 280.000 trabajadores.
