Hay conceptos tecnológicos que desembarcan en el idioma español con cierta estridencia, pero que asumimos sin cargos de conciencia debido a la dificultad de encontrar uno más natural.
Nos referimos en esta ocasión al término ‘consumerización’ que, junto a cloud computing, protagoniza la mayoría de los discursos corporativos de la industria. Y pensar que dispositivos como el iPhone o el iPad han conseguido poner patas arriba la ‘seriedad informática’ de las empresas. En muchos entornos de trabajo, los sistemas de Mac constituían una especie de isla, destinados a departamentos muy específicos, e incluso eran minusvalorados por los usuarios de PC que lo tildaban de cerrados y quasi sectarios.
Pero el desaparecido Steve Jobs guardaba una baza en su manga que ha desbaratado los esquemas. Él ha sido el gran responsable de que el concepto de TI se haya bajado de su pedestal de ‘profesionalización’ y se haya democratizado llegando a todo el mundo, de tal suerte que los usuarios más jóvenes son los que más destreza muestran en su uso. Resulta chocante, los profesionales de las Tecnologías de la Información se sienten superados por las nuevas tecnologías que provienen de la juventud (redes sociales, tabletas, etc.), y otorgan a las nuevas generaciones un potencial que no está avalado por la experiencia.
Será que las nuevas tecnologías hacen tablarrasa de la experiencia profesional de muchos años dedicándose a una labor concreta. Puede darse el caso, que una aplicación urdida por un imaginativo freaky elimine la necesidad de contar con los servicios de un experto. Yo creo que se está sobredimensionando el hecho de la consumerización y los nativos digitales. De acuerdo con la consumerización, pero sin que ello vaya en detrimento de la profesionalización.