La nube híbrida comienza a consolidarse como la fórmula de suministro de servicios de TI con mayor potencial de crecimiento. Tal afirmación se basa en estudios consistentes que señalan que las organizaciones globales tienen en mente desarrollar estrategias cloud durante los próximos dos años, y que la fórmula dominante para llevar a buen puerto dichas estrategias será la cloud híbrida, un modelo con el que las compañías pueden decidir fácilemente sus niveles de interoperabilidad y a cual de ellas -si a la pública, o a la privada- llevan según qué cargas de trabajo.
Hemos querido saber más, por eso recientemente hemos elaborado un estudio mundial que mide los planes de las empresas con respecto a la adopción de nubes privadas, híbridas y públicas. Entre otros aspectos interesantes, nuestra investigación demostró, entre otros asuntos, dos aspectos sustancialmente llamativos; que las compañías tienen la intención de incrementar el uso de la nube híbrida y que, aunque el 91% de las empresas consultadas considera a la nube híbrida como el modelo TI ideal para su negocio, tan solo un 18% ya han implementado un modelo de nube híbrida.
¿Por qué esa disonancia entre el número de empresas que consideran la necesidad de su transición hacia la nube híbrida y el bajo número de ellas que ya han iniciado esta transición?
Entonces, ¿por qué esa disonancia entre el número de empresas que consideran la necesidad de su transición hacia la nube híbrida y el bajo número de ellas que ya han iniciado esta transición? La respuesta pasa por entender que -de forma global- las organizaciones todavía se encuentran en una situación de madurez relativamente baja en su inclinación hacia el modelo cloud: eso sí, mover aplicaciones de una nube a otra es una prioridad para el 97% de los encuestados, con un 88% que afirma que esto ayudaría a resolver muchos de sus problemas. Usar la nube pública ya no es el bálsamo de Fierabrás ya que los responsables de TI consideran que combinar aplicaciones con el entorno cloud correcto es fundamental.
Así, la interoperabilidad entre diferentes tipos de nube, la posibilidad de mover las aplicaciones de una nube a otra, el coste optimizado y la seguridad, se revelan -para una amplia variedad de empresas repartidas por todo el globo- como los principales beneficios de la nube híbrida. Ahora tenemos una fotografía muy nítida de dónde están implementando las compañías sus aplicaciones empresariales hoy y dónde planean implementarlas en el futuro y no solo eso; también cuáles son los retos con los que se encuentran a la hora de configurar sus entornos cloud y cómo sus iniciativas con respecto a la nube se comparan con otras prioridades y proyectos de TI.
En este proceso de maduración, las compañías habrán de asegurarse de que las unidades de negocio entiendan los aspectos diferenciales de la nube frente a otros modelos existentes. En aquellas áreas que están centradas en la agilidad y la transformación digital, los equipos de TI asumen que los entornos de ejecución para aplicaciones empresariales cambian constantemente y señalan la necesidad de una mayor orquestación y movilidad de aplicaciones en los entornos cloud, ya que buscan flexibilidad para mover las aplicaciones a la nube “correcta” de forma más dinámica. Además, las prácticas de TI ocultas que eluden a los equipos de TI generan un reto a la hora de prever y controlar el gasto en nube pública, con más de la mitad de los encuestados -el 57%- que hablan de uno o más incidentes de las prácticas de TI ocultas.
La cuestión es ¿cómo gestionar una cloud híbrida? Las organizaciones se encuentran ante el reto de gestionar una nube híbrida, que permita entregar un conjunto de servicios de forma homogénea, en el que cada servicio pueda provenir de la infraestructura propia, así como de diferentes proveedores externos. Para conseguirlo, han de resolver toda una serie de requisitos esenciales, como la monitorización de los acuerdos de nivel de servio a través de infraestructurra híbrida, la automatización, el gobierno entre los entornos público y privado, la gestión dinámica de la capacidad, la facturación y el análisis de uso, así como la elaboración de un portfolio de servicios unificados, automatizados y con un elevado nivel de autoservicio.
El asunto es, que en la práctica, la implementación con éxito de nubes híbridas precisa de toda una serie de capacidades que no siempre están al alcance de muchas empresas. Entre ellas destaca una amplia capacidad de gestión de entornos cloud y el personal capacitado con el conocimiento necesario y las buenas prácticas requeridas interiorizadas para acometer la gestión de estos entornos de forma óptima. Aunque los beneficios de un modelo de nube híbrida son claros, los resultados de nuestra investigación nos permiten afirmar que la falta de expertos en este tipo de modelos es un reto, con un 54% que afirman que la retención del talento es el problema. Con todo, cuando la carencia del personal cualilficado y con los conocimientos requeridos toma cuerpo, es entonces cuando se pone de relieve la necesidad de apoyarse en proveedores externos, que contribuyan con sus expertos – y con tecnología de tan solo un clic- a hacer invisible toda la tecnología que hay tras toda la gestión que precisan las empresas.
Algunos de nuestros hallazgos apuntalan la idea de que el 87% de las empresas afirma que la nube híbrida está teniendo un impacto positivo en sus negocios, y más usuarios de nube híbrida manifiestan que se están cubriendo todas sus necesidades (49%), en comparación con los usuarios que solo usan la nube pública (37%). Además, las empresas que usan un modelo de nube pública gastan un 26% de su presupuesto anual de TI en nube pública. Quizás lo más sorprendente es el hecho de que solo un 6% que usa nube pública estuvo por debajo del presupuesto, mientras que casi seis veces más (35%) sobrepasaron el presupuesto en recursos de nube pública.
La hibridación de la nube es imparable
En España, las empresas actualmente realizan más cargas de trabajo en centros de datos tradicionales que las compañías de otros países, pero utilizan la nube privada con mayor frecuencia. Además, están utilizando entornos de nube híbrida un poco más a menudo. De ahora, a los próximos dos años, nuestro tejido empresarial planea una reducción del uso de los centros de datos y de la nube privada, lo que se traducirá en el correspondiente incremento del uso de la nube híbrida para alcanzar un 57% de penetración, que sobrepasaría la media de EMEA (43%) y la global (41%).
Y en relación a los beneficios que ofrece la nube pública, nuestras compañías lo tienen muy claro y consideran que tener un coste de propiedad más bajo (26%) y un mejor rendimiento (18%) son sus principales ventajas. La seguridad de los datos y el cumplimiento legislativo lo sitúan en tercer lugar (13%), mientras que la escalabilidad es lo que menos les preocupa (5%). No obstante, a la hora de elegir dónde llevar a cabo las cargas de trabajo, las empresas españolas sí que consideran la seguridad y el cumplimiento normativo como el principal factor (28%), seguido por el coste (23%), el rendimiento (14%), la agilidad (10%) y la escalabilidad (6%).
Con la consolidación de la nube hibrída, la pregunta del cío ya no será ¿cómo es tu negocio? Si no, ¿cuál es el proyecto que quieres abordar y qué esperas conseguir? La nube híbrida hará el resto.
Con toda esta información porcentual, estamos en condiciones de avanzar el efecto que esta tendencia va a tener en los CIO, que van a centrar su actividad en acciones de alto valor, como la colaboración con el usuario final en la configuración de sus requerimientos, en la optimización y ajuste de recursos a las necesidades reales de servicio y presupuesto, alejando su foco de acción de las tareas de configuración de infraestructuras y suministro de soporte.