De acuerdo con el volumen de facturación de una empresa, se pueden conseguir distintos niveles de ahorro al implantar una solución de facturación electrónica. Esa es la principal conclusión de un estudio elaborado por SERES en compañías que han experimentado una implantación evolutiva de su solución de e-factura durante un periodo acumulado de dos años.
El análisis ha revelado que, en el caso de una gran empresa que gestione en torno a las 5.000 facturas al mes, los gastos de procesar las facturas en papel ascienden aproximadamente a unos 91.000 euros, pero tras dos años utilizando una herramienta para las facturas electrónicas, este gasto se ve reducido hasta los 35.000 euros, lo que supone un 62 por ciento de ahorro, aún teniendo en cuenta que la compañía emite todavía un 10 por ciento de sus facturas en papel. Además, la implantación del sistema para la manipulación de estas 5.000 e-facturas tiene un retorno de la inversión de un periodo de 10 meses.
Todos estos beneficios, “suponen poder invertir en mejoras para la empresa, que pueden ir desde la compra de equipamiento a realizar nuevas inversiones, o incluso la reducción de gastos como los pagos de las nóminas anuales de varios empleados”, asegura Alberto Redondo, director de Marketing y Canal de SERES. En el caso de una empresa que tramite alrededor de 2.000 facturas al mes, gestionando sus facturas por vía electrónica, el coste descendería hasta los 10.000 euros o lo que es lo mismo, un 72 por ciento menos. Finalmente, si la compañía gestionase 1.000 facturas al mes, los procesos de facturación en papel supondrían aproximadamente 19.000 euros, por lo que en dos años esta empresa tendría unos ahorros del 74 por ciento.