Terminamos un año, 2010, que no será recordado precisamente como un año positivo para el sector de las tecnologías de la información en España. De hecho, seguramente será recordado como ‘annus horribilis’ del sector, después de un 2009 en el que el sector decreció cerca de un 10%, tras décadas de crecimiento continuado No obstante, no es momento de caer en el pesimismo y mucho menos en el derrotismo, puesto que, a pesar de las malas noticias en torno al mercado, hay muy buenas noticias en relación a la importancia que toma el sector en el entorno económico que estamos viviendo. De hecho, podemos incluso ser positivos y ver qué es lo que hemos aprendido en este periodo de incertidumbre económica, en el que la capacidad de adaptación de muchas compañías a pesar de las dificultades ha sido sorprendente, en parte gracias a la ayuda de la tecnología.
En los últimos tiempos es consenso generalizado la importancia estratégica que la tecnología tiene para empresas de todo tipo, desde las pymes hasta las grandes corporaciones o administraciones públicas. En los momentos más intensos de la crisis, la tecnología ha permitido a muchas empresas sobrevivir y ha ayudado a otras a prepararse para salir reforzadas, aprovechando las oportunidades que han surgido y facilitando la creación de nuevas oportunidades en un entorno económico muy complicado. Desde todas las esferas se han emitido mensajes sobre la importancia de la tecnología si bien tengo que decir, muy a mi pesar, que en la mayoría de las ocasiones han sido mensajes huecos y de cara a la galería.
La primera pregunta que debemos hacernos es por qué en una situación económica como la actual, donde las empresas han de justificar cada inversión y cada movimiento que realizan, existe este consenso generalizado de adopción de las Tecnologías de la Información como una de las mejores vías para adaptarse y salir beneficiado en este contexto. Desde mi punto de vista, hoy en día el mundo está en un continuo cambio, todo es móvil, todo está conectado, es interactivo, inmediato, incierto y flexible. Podemos calificarlo de cientos de miles de formas, pero lo realmente cierto es que, hoy en día, para tener una ventaja competitiva de cara al nuevo cliente que sigue las pautas que marca el mundo actual, la tecnología es más necesaria que nunca, podemos calificarla incluso como imprescindible. La tecnología es el motor de la innovación empresarial y un elemento básico para el crecimiento, aspectos imprescindibles para el éxito en el mundo actual.
Nos encontramos con un entorno en plena transformación, debido fundamentalmente a tres grandes tendencias: nuevos modelos de negocio, nuevo rol de la tecnología y cambios en la fuerza laboral.
La tecnología combinada con un mercado en ‘condiciones extremas’ obliga al desarrollo de nuevos modelos de negocio. Estos modelos se crean para cubrir necesidades tales como: una demanda globalizada, un consumidor que exige un nivel de precio muy por debajo de lo que la empresa tradicional está acostumbrada, proveedores globalizados o mercados de difícil acceso. En estas condiciones, la tecnología ofrece soluciones para facilitar la entrada en mercados remotos, construir nuevos patrones de compra para acceder a las condiciones de los nuevos proveedores o reconstruir la cadena de valor para ofrecer productos y servicios a los precios demandados por el nuevo consumidor.
Así pues, la tecnología tiene un nuevo rol en la empresa, ya que no es solamente necesario su alineamiento con el negocio como fue imprescindible en la primera década del siglo XXI, sino que ahora podemos decir que la tecnología es parte del negocio.
Además, la nueva fuerza laboral que se integra en el mercado, la mayoría de los cuales son nativos digitales, habituados a la convivencia con la tecnología desde la más temprana edad, se convierten en facilitadores del nuevo rol de la tecnología. Tienen una nueva forma de abordar los problemas y buscar oportunidades, en la que le tecnología es protagonista.
En este panorama de inmediatez, movilidad, cambio y nuevas reglas, es necesaria una nueva clase de empresa, creada desde una profunda transformación, liderada por la tecnología, que lleve a una renovación en el funcionamiento de las compañías para poder adaptarse a un entorno en el que todo cambia vertiginosamente y en el que se demandan respuestas y procesos al instante. Las compañías tecnológicas deben ayudar a las organizaciones a reinventar el uso de la tecnología para proporcionar innovación en cada punto de su cadena de valor. Pero esta reinvención no es fácil, puesto que, las compañías tienen que estar dispuestas a modificar su modelo de negocio y tratar de adaptar su estrategia empresarial, incluyendo la tecnología como una parte fundamental de su funcionamiento, optimizando los recursos y apostando claramente por la innovación. De este modo, las empresas estarán en disposición no sólo de seguir cumpliendo con su papel de dinamizadores de la economía y la propia sociedad; además, podrán afrontar con éxito situaciones de crisis.
Afrontamos una etapa muy interesante en esta segunda década del siglo XXI en la que la tecnología tendrá un papel todavía más relevante, su importancia estratégica será determinante para el devenir que nos espera. Las buenas noticias son que el futuro está en nuestras manos. Si afrontamos los retos que nos plantea el entorno actual con optimismo, esfuerzo, buen hacer y la ayuda de la tecnología, no cabe duda alguna de que el éxito nos espera al final de este túnel que estamos atravesando.
La importancia estratégica de la tecnología
Terminamos un año, 2010, que no será recordado precisamente como un año positivo para el sector TIC en España.
Publicado el 09 Mar 2011
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