Optimizar el volumen de almacenamiento se vuelve crucial para el control de costes

Según se desprende de la Tertulia que Computing ha organizado en colaboración con Symantec, la falta de una gestión racional del almacenamiento, presupuesto sin problemas para ampliar el volumen, y la tendencia a almacenar por defecto están provocando un aumento alarmante del volumen de información a guardar, que está disparando los costes asociados como el consumo energético.

Publicado el 05 Oct 2009

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Para invertir en almacenamiento hay que tener las ideas claras ya que el ritmo de crecimiento de los datos y de los requisitos de almacenamiento no disminuye, y se puede correr el riesgo de estar sobredimensionados en lo que a capacidad de almacenamiento se refiere. Dado además los tiempos que corren en los que los profesionales de TI tienen que hacer frente a presupuestos ajustados con poco capital, se deben rentabilizar al máximo las partidas centrándose en lo estrictamente necesario, en el ROI y en la capacidad para cubrir gastos rápidamente.

Precisamente el almacenamiento es un problema potencial en el centro de datos porque es uno de los costes que más rápidamente crece. Además, impone la necesidad de gestionar un entorno que cada vez es más grande en tamaño y complicado de administrar en cuanto al número de plataformas, nuevas tecnologías y necesidades de negocio como puede ser la movilidad o la seguridad del dato. Y esta problemática ha sido la que ha centrado el tema de discusión en la Tertulia que COMPUTING ha organizado en colaboración con Symantec, y que ha reunido a empresas del sector privado y público.

Comenzaba el Servicio de Salud de Castilla La Mancha (Sescam), afirmando que en ocho años de vida su infraestructura había crecido en almacenamiento 720 terabytes, y reconocía que efectivamente está desaprovechada. “Nos hemos metido en varios proyectos como el de la digitalización de imágenes de radiografías, mamografías o tacs, y esto nos obliga a crecer a un buen ritmo en almacenamiento. Por ello, nos interesa tener muy claro cómo estructurar dicha capacidad de almacenamiento, sobre todo, porque la información que guardamos tiene que tener copias de seguridad y estar disponible en todo momento”, explicaba Antonio del Barrio, jefe del área de Tecnologías de la Información del Sescam.

Gestionar el almacenamiento de una manera más racional es también la inquietud de Comisiones Obreras, más que invertir en capacidad. De hecho, coinciden ambas instituciones en que los responsables financieros no suelen poner trabas a la compra de más almacenamiento, aunque sí son más rea-cios cuando se trata de nuevos proyectos. “Nosotros tenemos 150 terabytes de almacenamiento a día de hoy, y en los proyectos que ponemos en marcha nadie discute si hay que comprar o no disco duro. Crecemos en almacenamiento del orden de un 16 por ciento semestral, y efectivamente tenemos problemas de gestión. Pero es cierto que cuando analizas las estadísticas de uso y ves los tramos que dejas desocupados, te das cuenta de que necesitas un tipo de solución como la nube del almacenamiento, por citar alguna”, declaraba Alberto González, responsable del departamento de Sistemas de CCOO.

En este sentido, la solución que Symantec ofrece es: ‘Stop buying storage’, no compres más almacenamiento. “Se trata de una nueva iniciativa que busca maximizar la utilización de la capacidad de almacenamiento de nuestros clientes”, explicaba Gabriel Martín, director general de Symantec Ibérica.“Todos los expertos coinciden en que el almacenamiento que tenemos está infrautilizado, -sólo se usa un 40 por ciento-, y por eso proponemos herramientas que ayuden a descubrir el almacenamiento no utilizado para gestionarlo y aprovecharlo de una manera más óptima. Una vez descubierta y aprovechada esa capacidad, se establecen unos procesos de aprovechamiento total a partir de distintas tecnologías, y al mismo tiempo, se empieza a considerar la seguridad del dato que estamos almacenando”, afirmaba el responsable.
Destacaron los asistentes a la Mesa Redonda que uno de los factores que impulsa a la compra irracional de más almacenamiento es el precio del tera, que además cada vez va bajando más. Así se aseguraba desde Ono, cuyo jefe de Productos de Servicios Gestionados, Juan Manuel de Diego, señalaba que, “hace años el coste del tera era considerable, ahora no es un gran gasto. Por ello aumentar la infraestructura es sencillo porque se piensa que es barato. Pero hay que tener en cuenta los costes asociados ya que este incremento lleva parejo un aumento del consumo energético y a la larga los costes se disparan. La tendencia debe ser optimizar todo el almacenamiento ya que está infrautilizado, y en Ono, por ejemplo, apostamos por el desarrollo de servicios como la virtualización para obtener dicha optimización”.

Gabriel Martín de Symantec coincidía en esta idea: “estamos en una situación que requiere medidas frontales. Nunca se dejará de comprar almacenamiento porque los datos no entienden de crisis. Nosotros abogamos por dejar de comprar almacenamiento de forma sistemática, e intentar aprovecharlo mejor y romper las prácticas de cómo utilizarlo hasta ahora haciéndolo de forma más racional. Evidentemente cuando necesitas más capacidad, es necesario comprar; pero siempre aprovechando el espacio infrautilizado, explotando los espacios comunes para, por ejemplo, hacer el backup que compartan las aplicaciones, y determinando qué información va al espacio critico y qué va a sistemas más baratos”.

Consolidar para unificar

La consolidación ha sido la solución que el Servicio Público de Empleo Estatal (SPEE) ha elegido para resolver la problemática del almacenamiento. “La medicina que hemos ido aplicando en la lucha contra la infrautilización ha sido consolidar servidores para ahorrar costes y tener todo unificado. Es cierto que en un gran proyecto lo que menos se plantea la Administración es escatimar en recursos de almacenamiento ya que hasta ahora nunca se podía tener una falta de infraestructuras”, apuntaba José Antonio Benito, jefe del área de Producción y Sistemas de la Subdirección General TIC del SPEE.“Estamos en un gran proyecto de desarrollo de un portal nuevo que pretende fomentar el empleo en Internet, y facilitar el acceso a los ciudadanos y empresarios al mundo laboral al estilo de Infojobs. Este portal no puede salir sin que falte nada por lo que actualmente estamos inmersos en compras de almacenamiento, servidores…, llevamos un año de compra de recursos ya que la ley 11 está a las puertas”, añadió.

No obstante, como dejó patente el Instituto Nacional de Estadística la consolidación de los sistemas ayuda pero no es suficiente, por lo menos en su caso, aparte de que nunca hay que olvidarse de aspectos clave como la seguridad, principalmente cuando se trata de información crítica. “El INE ha ido evolucionando conforme la informática en general dando los saltos que han dado las organizaciones en el tiempo. En los 80 pasamos de la informática centralizada a una distribuida. Luego empezamos a consolidar servidores, pero nuestro gran salto se produjo en 2001 con los censos de población. Pasamos de diez a 32 teras de golpe. Empezamos a crecer y una vez acabado el censo, los 32 teras fueron pequeños de repente. Es cierto que el almacenamiento está fuera de toda duda en los presupuestos pero hay que replantarlo y empezar a ejercer un tipo de control. Nosotros pensamos que herramientas como la deduplicación son necesarias para optimizar el almacenamiento, y tener en cuenta soluciones de seguridad, que para nosotros es crucial”, alegaba José Antonio Perea, jefe de la unidad de Innovación Tecnológica del INE.

Información descontrolada

Otro factor, que Aldesa ponía encima de la mesa con respecto a la compra impulsiva de recursos de almacenamiento, era el descontrol que se tiene sobre la información almacenada. “Sin control la información crece hasta el infinito por lo que es preciso establecer algún tipo de medida ya que el abaratamiento de las infraestructuras y la cada vez mayor simplificación de la gestión nos hace olvidarnos de dicho control. Esto requiere estructuración y sentido común, sobre todo porque el usuario ha dado por hecho que el almacenamiento es gratis”, comentaba Alfonso Álvarez, gerente de Sistemas de Aldesa.

Igualmente opinaba Codere, que según su director de Sistemas Estratégicos, el descontrol de la información almacenada les llevó a tener 10.000 copias guardadas de un contrato. “En 2005 nuestras necesidades de almacenamiento eran desconocidas, pero después de un proceso de consolidación llegamos a los 6,3 teras. Nosotros nos dedicamos al juego, y necesitamos almacenar información de nuestros clientes por lo que se crece en almacenamiento por factores propios del negocio y no por las TI, aunque las últimas versiones de ciertas aplicaciones requieren más capacidad. Sin embargo, también competimos con cosas extrañas. Si yo tengo un tera en el ordenador de casa que me ha costado 139 euros, los usuarios lo extrapolan a la empresa y te exigen un tera de información. Eso confunde mucho y hay que separarlo ya que cuando llegas con una solución de almacenamiento que no cuesta 139 euros no lo entienden”, aclaraba José Antonio Esteban.

En este punto de la conversación, Alfonso Álvarez, de Aldesa, dejaba claro que dependiendo del tipo de compañía el dimensionamiento del negocio necesita un almacenamiento diferente. “Por ejemplo, el Sescam no puede decir: ‘oiga no se ponga usted enfermo que no me cabe la información’. Y es que el incremento del almacenamiento genera la necesidad de guardar cosas. Coincido también en que la consolidación no soluciona todo el problema. Nosotros, hasta poder llegar a la consolidación del almacenamiento, hemos tenido problemas con los servidores, y muchas veces mandar a los empleados borrar archivos o limpiar el correo que está lleno, no te libera mucho espacio, normalmente sólo el diez por ciento. El problema que yo veo es que para muchos trabajadores, disponer de capacidad para almacenar se ha convertido en un derecho humano y eso hay que cortarlo”.

Ciertamente Symantec, en palabras de Gabriel Martín, también aboga por cortar las compras de más almacenamiento, que producen un incremento de los gastos asociados como la gestión, explotación, el vatio para enfriar el tera, los impuestos por CO2… “Cada vez vemos más que en las empresas se intentan mejorar los costes fijos de los CPDs, siendo una práctica habitual consolidar proveedores y hacer acuerdos marco a dos o tres años. Es muy importante que la gente explore formas de bajar esos costes para poder invertir en otras cosas. Una de las maneras que proponemos es atacar el coste que más sube, y es el del almacenamiento. Racionalizar los procesos incluso en el diseño es crítico para reducir esos gastos. El problema no son los empleados; si se tiene una herramienta de deduplicación, da igual que los trabajadores hagan 10.000 copias de un contrato, siempre habrá sólo una copia guardada. Y esto va acompañado de la seguridad en torno al dato, que permite establecer el nivel de seguridad que se quiere con medidas de prevención de fugas de información que impiden, por ejemplo, que ciertos datos no viajen por el correo. Por eso los procesos tienen que ser independientes de las personas.” Apoyaba también Gerardo Gómez, director de Servicios de Symantec, que a día de hoy convergen dos puntos críticos: la crisis y la seguridad.

Seguridad en torno al dato

Igualmente, Juan Manuel de Diego, de Ono, destacaba la importancia de la seguridad, clave para no borrar datos de la parte estructurada donde se suele guardar la información crítica. “No estamos hablando de borrar sino de optimizar todos los recursos que posees. Hay que llegar a una solución equilibrada que apueste por tecnologías como la virtualización, deduplicación, cloud computing… Muchas veces hay que hacer el ejercicio de reflexionar no a nivel de innovación de cambio, sino de sobrevivir”.

En este aspecto diferenciar bien los datos estructurados y los no estructurados es crucial para una organización a la hora de estructurar el almacenamiento y conseguir ahorros de capacidad, aunque estos sean mínimos. Además, es otro de los problemas típicos que salieron a relucir en la Tertulia: el ‘almacenamiento sobredimensional’; es decir, aquel volumen que se calcula para un proyecto determinado y no se aprovecha. Todo el mundo lo da por empleado y en cambio está libre. Por ejemplo, en el SPEE los datos no estructurados constituyen un uno por ciento del volumen de almacenamiento y, “eso se puede atacar. Lo que no puedo hacer es eliminar datos críticos, por el tiempo que marca la ley”, concretaba José Antonio Benito.

Coincidía también José Antonio Perea del INE en que hay que convertir la gestión del backup, ciclo de vida, monitorización… en eficiente, y en que el almacenamiento y protección de la información sea lo más económica, rentable y segura posible. “Las organizaciones no ponen cupos para un proyecto determinado, pero nosotros tenemos proyectos en los que no sabemos cuánto almacenamiento va a ocupar porque los estudios no llegan a ese nivel. Si nos vamos a niveles de procedimiento y hacemos que la organización marque unas pautas de conducta en almacenamiento, backup…, se llegará a un nivel de ocupación tremendo. Por tanto, la eficiencia es fundamental”.

Sin embargo, para el Sescam borrar recursos compartidos no le genera un gran ahorro. “Yo no puedo luchar contra el crecimiento. Además, almacenar texto es una cosa, y almacenar imágenes es otra. Por seguridad además guardamos dos copias. El problema es que en el tema de la imagen, el año que viene el hospital de Albacete comprará una nueva máquina que las hará mejor y tendrá un tamaño mayor. Ahorrarme ficheros en el correo electrónico no me soluciona el problema porque más o menos son cien megas al mes lo que se viene a guardar. Por tanto, ahorrar ahí frente a un tac que ocupa x megas, multiplicado por todos los usuarios del Sescam es algo que no se puede controlar”, expone Antonio del Barrio.

En este punto, quiso destacar Gerardo Gómez de Symantec Ibérica que, “si empezamos a pensar desde el punto de vista cultural, se compra más de lo necesario por si acaso y llevado al almacenamiento, se solicita un diez por ciento más de lo que en realidad se requiere. Partiendo de esa base, ya tenemos un 30-40 por ciento del almacenamiento que no se utiliza y además se compra más por si acaso. Nosotros planteamos una metodología que va desde el análisis del espacio actual necesario, del utilizado, al proceso de gestión del ciclo de vida implicando la seguridad. Por ello, si se replantea una reducción del 50 por ciento de los gastos de almacenamiento, se puede pedir al responsable financiero ese 50 por ciento restante para otros proyectos”.

Para CCOO la seguridad asociada le resultaba interesante. “Trabajábamos con Oracle, que sacó una solución de seguridad integrada en su solución de gestión, pero el problema es que implicaba un cambio cultural importante porque al usuario no le quedaba más remedio que interactuar con esa herramienta. Pero la propuesta de Symantec es atractiva porque tenemos muchos problemas de seguridad derivados de la normativa legal con la protección del dato, y nos genera una gran cantidad de tensiones”, confesaba Alberto González.

Precisamente otro de los problemas que observaba Codere en el tema de la reducción de espacio en almacenamiento es que implantar una nueva metodología implica un cambio cultural en la organización. “Los cambios culturales tardan mucho en las empresas. Yo no creo en los cambios culturales y menos de la noche a la mañana. Además, ahora con la crisis, no hay almacenamiento, no se compra”. Eso con la crisis funciona, pero cuando esto acabe, habrá dinero para comprar más almacenamiento”, resaltaba José Antonio Esteban.

Igualmente veían problemático los participantes de la Tertulia implantar la virtualización del puesto de trabajo, que facilita una centralización de la informática gestionada, además por el departamento de sistemas, y no por el propio usuario. “Ese cambio cultural parte de la base de que le quitemos al usuario esa sensación de que su PC es suyo. Y parte de ese cambio cultural puede venir de la implantación generalizada de los desktops virtuales donde se controlarían muchísimo los datos almacenados”, apuntaba Alfonso Álvarez, desde Aldesa.

Juan Manuel de Diego, de Ono también veía dificultad en la opción de la virtualización del desktop. “El cambio al desktop virtual es muy difícil de transmitir al usuario. Encima, ahora no es momento de cambios, pero es necesario hacer el ejercicio de reflexión ya que puede ser un cambio muy sustancial a la larga”, manifestaba.“Precisamente ahora es tiempo de cambios”, objetaba Gabriel Martín. “Hace menos de un año nadie hablaba del aspecto verde, y ahora no hay nadie que se plantee una imagen corporativa que no incluya esa parte. Sabemos que la seguridad tiene dos componentes, la parte tecnológica y la de educación. Y la educación del usuario en el uso del PC es formación. No creo que exista un usuario que entienda qué conductas, riesgos y consecuencias genera su quehacer, pero cuando se les explica lo entienden rápido. Y tiene que ser simultánea con la implantación de una herramienta de control”, concluía.

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Redacción

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