IBM, que no todo el mundo ya relaciona con International Business Machine, e inspiración del superordenador HAL (basta con adelantar una letra a cada inicial para llegar a IBM) que regía el mundo de una ‘Odisea en el Espacio’ de Stanley Kubric… la empresa que creó Thomas Watson el 15 de junio de 1911, recíen cumplió los cien años. El llamado Gigante Azul, según dicen porque el uniforme de sus empleados se caracterizaba por el traje de dicho color, ha sido el ejemplo mismo de cómo ha evolucionado la tecnología durante un siglo.
Una compañía americana que empezó haciendo tabuladoras y equipos de precisión para cortar carne, se convirtió en la empresa más significativa del siglo XX, si bien en los últimos años ha tenido que ceder el protagonismo a otras más pujantes en el ámbito de Internet como Google, Amazon o Microsoft. En los ochenta, IBM España estaba en todos los caldos, era el líder indiscutible de los rankings informáticos y reinaba tanto en el mundo del mainframe como en el del PC, que había patentado.
Pero por entonces surgieron con fuerza los clónicos y se libró la batalla por el sistema operativo. Bill Gates la ganó con Windows frente a la propuesta OS/2 que lideraba IBM. Después vino la crisis de 1989 y el hardware empezó a declinar en importancia. Y llegó Louis Gerstner -acabando con la dinastía Watson- y arregló la casa, fragmentando el Big Blue en Baby Blues, divisiones de la compañía que se orientaron a los servicios. Ese fue un gran acierto de la compañía que supo anticiparse al ritmo del sector de las TI.
Hoy, sin dejar de ser aquel gigante, IBM ha optado por una vía más cercana al valor y se ha posicionado en el mercado de los sistemas analíticos para intentar ser el gran protagonista de la nueva revolución tecnológica basada en el planeta inteligente.