La grave situación de Nokia, de la que ya había advertido hace unos meses el máximo responsable de la compañía, Stephen Elop, ha desembocado en unos fuertes planes de reestructuración que se traducirán en el despido de 4.000 empleados ubicados sobre todo en Dinamarca, Reino Unido y Finlandia, de cara al año 2012. Por otra parte, como fruto del partnership que ostenta con Accenture, se trasladarán otros 3.000 trabajadores dedicados al desarrollo de la plataforma Symbian al gigante de servicios.
La compañía igualmente anunció que a partir de ahora pretende centrar la mayor parte de sus esfuerzos en el desarrollo de smartphones basados en la plataforma Windows Phone que sean capaces de competir con dispositivos como iPhone o Blackberry, y potenciar al mismo tiempo su portfolio de servicios.
