La transición hacia la empresa digital continúa

Juan Parra, Iberia Sales and Coverage Leader de DXC Technologies colabora en el Anuario 2018 de Computing dando su visión del futuro digital.

Publicado el 22 Ene 2018

Juan Parra, Iberia Sales and Coverage Leader de DXC Technologies.

Sin casi tiempo de mirar atrás, es momento de que las empresas continúen en este 2018 su viaje, apasionante y rompedor, hacia la transformación digital. Una transición acompañada firmemente por la tecnología y en la que las nuevas oportunidades que se están abriendo son cada vez mayores.

Oportunidad de ser más productivas, más competitivas y con un gran cambio en la forma en que se relacionan con sus empleados, socios y clientes. Todo esto gracias a plataformas de TI con las que las empresas puedan responder y adelantarse a los cambios del mercado. Por ejemplo, las plataformas que ofrecen compañías como Amazon, Microsoft, Google y muchas otras están permitiendo a los negocios cambiar sus esfuerzos de personalización de la infraestructura para centrarse en las aplicaciones y la experiencia del usuario.

¿Por qué? Estas plataformas permiten que los decisores del negocio puedan realizar la toma de decisiones basadas en datos y en su análisis. Pero, al mismo tiempo que permiten toda esa complejidad, son tan sencillas y simples como para que los usuarios puedan cambiar el negocio constantemente sin escribir (mucho) código ni llevar a cabo largos procesos de cambio sin resultados tangibles a corto plazo.

Precisamente por esta relativa sencillez, pueden ser una buena manera de combatir uno de los problemas a los que las empresas se enfrentan cada vez más: la escasez del talento. Por ejemplo, Big Data y su correspondiente análisis conllevan una demanda de perfiles cualificados (científico de datos, matemáticos, analistas…) que no es fácil encontrar. Pero si se combina el uso de estas plataformas con una estrategia de socios correcta para localizar y utilizar este personal con experiencia y conocimientos, las empresas pueden tener esos recursos. Con ello, de nuevo, se abre otra oportunidad: la de utilizar tecnologías como el aprendizaje automático, automatización inteligente, robotización de procesos, procesamiento del lenguaje natural y otras para impulsar su productividad.

El objetivo es que las emrpesas no tomen decisiones por instinto, por tradición histórica o por convicción; sino que lo hagan motivadas por datos reales y objetivos

Cabe señalar que un alto porcentaje de los que toman las decisiones empresariales considera que la Inteligencia Artificial (AI) es fundamental para el éxito de su organización en el futuro. Es una manera de replantearse el Big Data para utilizar el aprendizaje automático avanzado con el objetivo de tomar mejores decisiones con menos datos. Algo que también es importante a la hora de priorizar la productividad. El objetivo es que las empresas no tomen decisiones por instinto, por tradición histórica o por convicción, sino que lo hagan motivadas por datos reales y objetivos. Para ello es necesario que comiencen a medir todo: tiempos, procesos, pasos, estrategias, precios… La actividad comercial puede ser el primer campo de batalla en el que comprobar la efectividad y rentabilidad de las operaciones. Pero todas las áreas del negocio acabarán sujetas a esta mayor imparcialidad de los datos. Internet de las Cosas, la gestión de los empleados, las finanzas, incluso la propia infraestructura tecnológica, aportarán unos datos básicos para esta gestión y toma de decisiones. Y, al mismo tiempo, estarán sometidos a su escrutinio. Unos datos que irán variando con el paso del tiempo y que motivarán que no todas las decisiones sean iguales en todos los momentos. La Inteligencia Artificial, basada en esta información y en las redes neuronales, será capaz de adaptar la toma de decisiones en función del momento vital del negocio, con el fin último de seguir aumentando su productividad.

No, no estamos hablando de algo inmediato puesto que aún llevará tiempo que estas redes neuronales evolucionen hasta el punto de ofrecer estas posibilidades como una commodity. Por eso el viaje hacia la transformación digital continúa en este 2018. No debemos dar por cerrada esta etapa si queremos seguir cosechando éxitos en el futuro. De hecho, estamos en los inicios de esta apasionante etapa. Es momento de revisar todos los anclajes, de confirmar que están seguros, de que viajamos en el entorno más confortable y confiable. La seguridad al 100% no existe, pero debemos continuar el viaje sabiendo que es necesaria y que el futuro de todas las compañías está en esa línea; que sabremos responder a esa dinámica tan veloz del mercado, sacando valiosas enseñanzas para el futuro y con el convencimiento de que la compañía que cada uno estáis transformado será más fuerte y más competitiva que antes del inicio de este cambio. En este viaje, las empresas deben trabajar para ser cada vez más flexibles, más rápidas y aplicando mejoras continuas en la productividad, la diferenciación y resiliencia del propio negocio.

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Redacción Computing

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