Un ciudadano busca los requisitos de una ayuda. Otro quiere saber si puede presentarse a una oposición. Una empresa intenta descifrar el alcance de una licitación. Seguro que la escena te resulta familiar: la información está disponible, pero acceder a ella implica recorrer páginas de lenguaje técnico-jurídico, formularios poco intuitivos y documentos repartidos en múltiples sitios. El resultado es una auténtica yincana administrativa que muchos abandonan antes de llegar al final.
Aunque la Administración ha avanzado en digitalización, ese progreso no siempre se traduce en comprensión ni usabilidad. Sigue habiendo una brecha entre lo que se publica y la capacidad de la ciudadanía para interpretarlo. Y cuando falta comprensión, la digitalización deja de ser una solución y se convierte en ruido digital.
La IA generativa permite superar muchas de estas barreras. Facilita la simplificación administrativa y abre una forma diferente de relacionarse con la información pública, más natural y cercana a cómo hablamos en el día a día. Permite formular preguntas en lenguaje cotidiano —“¿Qué condiciones debo cumplir para esta subvención?”— y obtener respuestas claras, precisas y ajustadas al contenido oficial.
Un ejemplo es el demostrador desarrollado por LKS Next GobTech junto con HiTZ (Centro Vasco de Tecnología de la Lengua) y EHU dentro del proyecto ILENIA: un asistente conversacional sobre el Boletín Oficial de Gipuzkoa que impulsa el uso de las lenguas cooficiales en la Inteligencia Artificial. Esta herramienta permite a cualquier persona formular preguntas en lenguaje natural y obtener respuestas claras y trazables. Cualquier usuario puede preguntar “¿Qué condiciones debo cumplir para esta ayuda?” y recibir una respuesta precisa, en una interfaz multilingüe y que incluye referencias directas al texto oficial. No funciona como un buscador convencional que busca por palabras clave: interpreta la consulta y transforma la complejidad normativa en conocimiento útil.

La arquitectura combina recuperación aumentada con generación (RAG) y el modelo Latxa, un modelo lingüístico entrenado con corpus en euskera y enriquecido con documentación del propio boletín. Todo el contenido se organiza de forma que el sistema comprende contexto, relaciones y significados, más allá de coincidencias literales. Esto permite que cualquier persona utilice su propio lenguaje y aun así reciba respuestas precisas. La infraestructura, desplegada en un entorno cloud seguro, cuenta con un diseño modular y escalable que facilita su extensión a otros boletines oficiales o conjuntos documentales públicos.
Partiendo del interés mostrado por la Diputación Foral de Gipuzkoa, se han contrastado mejoras con entidades públicas de todo el Estado que han seguido de cerca la iniciativa. Estos intercambios han permitido identificar ajustes y explorar nuevas funcionalidades y posibilidades de evolución en un desarrollo cuyo código fuente se ha hecho público.
El impacto es tangible: opositores que acceden a requisitos sin perderse entre decretos, empresas que evalúan licitaciones con rapidez, personal de atención que ofrece respuestas coherentes sin saturar recursos y ciudadanía que ejerce su derecho a la información sin necesidad de dominar el lenguaje administrativo.
Más que una prueba de concepto, este demostrador muestra un cambio de enfoque: la IA generativa como puente entre el texto formal de lo público y las necesidades reales de quienes dependen de él. Una hoja de ruta hacia servicios públicos más accesibles, inclusivos y basados en datos abiertos.








