OPINIÓN

Nadie debe quedarse atrás: la accesibilidad digital como derecho de todos



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Millones de personas se quedan fuera de los servicios digitales mínimos por no estar adaptados a su discapacidad

Publicado el 2 oct 2025

Manuela Esclapez

Site Manager Alicante y Applications Delivery Manager en DXC Technology



ManuelaEsclapez

Hoy, en plena sociedad digital, corremos el riesgo de dar por sentado que todos podemos conectarnos, informarnos o realizar gestiones online sin dificultad. Pero la realidad es bien distinta: uno de cada cuatro ciudadanos en nuestro país convive con alguna condición de edad avanzada o discapacidad que puede limitar su acceso a la tecnología. Hablamos de millones de personas que, si no diseñamos un entorno digital inclusivo, quedan fuera de servicios esenciales, oportunidades de participación social o incluso de algo tan básico como pedir una cita médica o realizar un trámite administrativo.

La inclusión digital no es un lujo, es un derecho. Y para garantizarlo, necesitamos eliminar las barreras que todavía persisten en webs, aplicaciones y plataformas digitales. ¿Cómo se consigue? La respuesta pasa por algo tan sencillo y, a la vez, tan transformador como el testing de accesibilidad.

El testing de accesibilidad permite evaluar si una herramienta digital es realmente usable para todos, independientemente de sus capacidades. No se trata solo de cumplir normativas, sino de poner en el centro la experiencia de cada usuario: que un mayor pueda navegar sin perderse entre menús confusos, que una persona con baja visión pueda leer con comodidad, que alguien con movilidad reducida pueda manejarse sin depender de atajos imposibles. En definitiva, diseñar un entorno digital amable.

Para lograrlo, hoy contamos con tecnologías que multiplican el impacto. Herramientas de automatización y de inteligencia artificial facilitan la detección de errores, aceleran la revisión de grandes volúmenes de contenido y permiten implementar mejoras de manera continua. La tecnología, bien usada, se convierte en aliada de la inclusión.

Pero hay algo aún más importante que la herramienta: el equipo que está detrás. Cuando un grupo de profesionales es heterogéneo y diverso, con sensibilidades y experiencias diferentes, el resultado es mucho más rico. La mirada de una persona con discapacidad visual, la experiencia de alguien mayor, la visión de un joven experto en usabilidad… Todo suma y nos recuerda que la accesibilidad no es un añadido, sino parte del ADN de cualquier proyecto digital.

En este camino, la clave está en no dejar a nadie atrás. No hablamos solo de responsabilidad social, hablamos de sentido común: un mundo digital inclusivo es un mundo mejor para todos. Un botón más visible, un lenguaje más claro, una navegación más sencilla no benefician únicamente a quien lo necesita por obligación, sino que hacen la vida más fácil al conjunto de la ciudadanía.

La transformación digital solo será real si es accesible. Cada avance tecnológico debe ir acompañado de una pregunta: ¿puede usarlo cualquier persona, sin importar su edad o condición? Si la respuesta es sí, estaremos construyendo una sociedad más justa y cohesionada. Si es no, todavía nos queda trabajo por hacer.

Porque la inclusión digital no es un reto del futuro. Es un compromiso del presente.

DXC Technology colabora de forma activa en el Plan de divulgación tecnológica en España impulsado por la Asociación @aslan. Este programa reúne cada año a más de 10.000 profesionales de empresas y administraciones públicas que buscan conocer las últimas tendencias en innovación digital y ciberseguridad.

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