Digitalización y cloud, ¿qué fue antes?

Ramón Martil, Head of Sales Private T-Systems Iberia.

Publicado el 11 Jun 2020

Ramón Martil, Head of Sales Private T-Systems Iberia

Cuando pensamos en digitalización, automáticamente pensamos en cloud. Actualmente es imposible concebir una forma de digitalización que no tenga buena parte de su base asentada sobre infraestructuras cloud. Los beneficios y capacidades que aporta a las empresas, de cualquier sector y tamaño, cuando se combina con otras tecnologías, es ya el motor de cambio económico y productivo que nos reclama el mercado, la actualidad y la sociedad, para afrontar las secuelas de la crisis sanitaria que estamos viviendo.

Cada día, las experiencias con nuestros clientes corroboran que las empresas son conscientes de que tienen que cambiar para seguir siendo competitivas, y ya están manos a la obra desarrollando servicios y productos digitales que satisfagan las necesidades de sus clientes. No obstante, aunque tanto pymes como grandes empresas empiezan a integrar la digitalización dentro de su estrategia de negocio a corto, medio y largo plazo, aún queda un largo camino que recorrer en España para estar al nivel de los mercados europeos más competitivos.

Según los datos disponibles del Índice de la Economía y la Sociedad Digitales (DESI) de 2019, realizado por la Comisión Europea, España ocupa el undécimo puesto de los veintiocho Estados miembros por su grado de digitalización. Este índice, que incluye aspectos sobre las competencias tecnológicas y acceso a la tecnología de la sociedad en general, hace referencia también a la integración de tecnologías clave, como el cloud, en las empresas. A este respecto, el último estudio disponible menciona que mientras los principales avances se han llevado a cabo en el ámbito de la conectividad, en lo que respecta a la integración de las tecnologías digitales, el uso de servicios cloud y el comercio electrónico se ha estancado con respecto a 2018.

A la luz de lo vivido en la crisis sanitaria de la COVID-19, y la importancia que ha cobrado la tecnología como palanca de actividad para las empresas durante la pandemia, queda claro que la tecnología, el cloud y la digitalización son cruciales para la supervivencia de cualquier empresa y de la economía del país.

Cloud, base para construir un cambio necesario

Los beneficios de las tecnologías en la nube son muchos para las empresas. Mientras los servidores locales suponen inmovilizar mucho capital y conllevan altos costes de mantenimiento, el cloud aporta flexibilidad, eficiencia y escalabilidad a la estructura de cualquier empresa, lo que se traduce, entre otras cosas, en una mejor distribución y ajuste de costes.

Flexibilidad, eficiencia y escalabilidad van a ser tres ejes fundamentales para el crecimiento empresarial en el corto plazo, ninguna empresa que quiera encarar las consecuencias de la crisis sanitaria va a poder prescindir de ninguna de ellas. Esto va a provocar que se priorice la migración al cloud de las soluciones básicas para las empresas. Y en el caso de las pymes, veremos cómo empiezan a acelerar el traslado a la nube, al menos, de una parte de su infraestructura de ERP.

En el top de la lista de deseos: Responsabilidad total de los proveedores de servicios de TI

Por supuesto, la mayoría de las empresas necesitan un apoyo competente a la hora de llevar a cabo esta migración. En otras palabras, un proveedor de servicios que asuma la responsabilidad global de estos proyectos de transformación. Las empresas buscan concentrarse en lo esencial, en su negocio principal que deben digitalizar y en desarrollar innovaciones que fortalezcan su competitividad.

Esto significa, por ejemplo, que las empresas deben automatizar cualquier proceso que pueda ser automatizado. Además de redes, como SD-WAN o 5G, los servicios de cloud e infraestructura, la digitalización y la ciberseguridad son igualmente fundamentales a la hora de transformar un negocio de cara a futuro. La tecnología es ya un motor de crecimiento y solo en el negocio de cloud público, estamos hablando de tasas de crecimiento anual compuesto (CAGR) de más del 24% para los próximos cuatro años.

Simplificación de la digitalización

La digitalización abarca a todas las áreas de la empresa de forma transversal. Es un proceso en el que se incluyen desde aspectos técnicos en los que hay que tomar decisiones sobre la infraestructura tecnológica, el tipo de cloud, servicios de software necesarios, etc.; hasta la propia cultura de la empresa, que también debe cambiar para ayudar a los empleados a integrar la digitalización dentro de su trabajo diario para conseguir los mejores resultados.

Simplificar este proceso es un reto para la industria actual. La conectividad debe ser tan fácil de usar como la electricidad del enchufe de la pared y lo mismo se aplica a los servicios de TI. Si conseguimos esto, las empresas podrán centrar sus esfuerzos en promover el cambio cultural entre sus empleados, fundamental para que el cambio sea efectivo.

El proceso de transformación digital se traducirá en el desarrollo de nuevos modelos de negocio digital, que harán de las organizaciones más ágiles para que puedan adaptarse con flexibilidad al rápido ritmo de los cambios del mercado y seguir siendo competitivas ante cualquier escenario.

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Redacción

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