OPINIÓN

El asesor de despachos profesionales como educador digital: una función no reconocida pero imprescindible



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La figura del asesor sigue siendo invisible en el debate público y en el diseño de las políticas de digitalización

Publicado el 16 dic 2025

Fermín Lozano

Director de la Unidad de Negocio para Asesorías, Pymes y Autónomos de Cegid en España



asesor

En los últimos años, términos como digitalización, transformación tecnológica o automatización se han implantado en el debate empresarial español. Se habla de Inteligencia Artificial, de blockchain, de herramientas en la nube… Sin embargo, pocas veces nos detenemos a pensar en quién asume la responsabilidad de acompañar este proceso transformador en las empresas. Es el caso del asesor de un despacho profesional, una figura tradicionalmente asociada a la contabilidad, fiscalidad y gestión de nóminas, que hoy en día se ha convertido en una pieza importante en el proceso de modernización digital de pymes y autónomos.

Software de gestión en la nube

Cabe destacar que, tras la crisis sanitaria y la consiguiente aceleración de los procesos online, se revelaron dos realidades: por un lado, la urgencia de adoptar herramientas digitales y por otro, el enorme reto que enfrentan más de 3 millones de pymes y autónomos en España para no quedarse atrás ante esta nueva economía. Según el informe Observatorio del Cloud y la Pyme en España 2025, sólo alrededor del 26% de las pequeñas empresas utilizan un software de gestión en la nube regularmente. ¿Qué ocurre con el 75% restante? Aunque la adopción de la nube está creciendo rápidamente, muchas pymes todavía no han implementado estas tecnologías de forma habitual.

Es por ello por lo que estamos ante un fenómeno poco visibilizado: el del asesor como “educador digital”. Su papel va mucho más allá del tradicional. Tiene la responsabilidad de traducir un lenguaje técnico a uno operativo y comprensible, detectar necesidades reales y proponer rutas de digitalización personalizadas según el nivel de madurez tecnológica del negocio. Siendo un motor de cambio, un formador que asume riesgos y acompaña de manera profesional y a la vez emocionalmente a empresarios y autónomos en el salto al mundo digital.

Las últimas iniciativas públicas para impulsar la digitalización, como el programa Kit Digital, han generado nuevas oportunidades para avanzar en este campo

FERMÍN LOZANO, CEGID

Por ejemplo, las últimas iniciativas públicas para impulsar la digitalización, como el programa Kit Digital, han generado nuevas oportunidades para avanzar en este campo. Sin embargo, el acceso a las ayudas y la selección de las soluciones adecuadas requieren acompañamiento personalizado. El asesor es quien mejor conoce el día a día de cada cliente, sus miedos, carencias y fortalezas. Sabe cómo implantar las tecnologías de forma gradual, rentable y alineada con los objetivos de cada negocio. Ofrece un valor añadido significativo al guiar a sus clientes en la implementación de soluciones tecnológicas, facilitando así su adaptación a los nuevos requisitos legales y fomentando la modernización de sus procesos. Según el reciente estudio “Fotografía de la Pequeña Asesoría en España 2025” realizado por Cegid, el 67% de los asesores afirma que sus clientes han recurrido a ellos en el último año tanto para cumplir requisitos legales, como para recibir orientación en competencias digitales.

Figura del asesor

Pese a este papel protagonista, la figura del asesor sigue siendo invisible en el debate público y en el diseño de las políticas de digitalización. Se debe reconocer al asesor como actor clave en la transformación digital. Esto implica también apostar por su formación continua, facilitarle recursos tecnológicos y crear espacios de diálogo entre asesores, empresas, instituciones públicas y proveedores tecnológicos. Solo así garantizamos que la digitalización llegue a cada rincón de la economía, superando brechas de conocimiento y evitando que nadie se quede atrás por falta de acompañamiento.

Es hora de situar al asesor en el centro del ecosistema de digitalización y dotarle de voz, recursos y prestigio. Porque sin su labor formativa y su contacto directo con la realidad empresarial, la modernización será selectiva y poco inclusiva. Los asesores son los guías invisibles de millones de pequeños negocios frente a este reto digital.

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