Obtener el máximo rendimiento de sus aplicaciones es uno de los grandes retos que las empresas europeas deben afrontar de cara a maximizar el rendimiento de sus negocios, según un estudio realizado por Compuware en el que han participado 150 organizaciones del Viejo Continente.
Los ejecutivos responsables de llevar a cabo las pruebas de rendimiento en las empresas concluyen que las posibilidades de que una aplicación tenga fallos después de su puesta en marcha es de al menos el 50 por ciento.
Otro dato a tener en cuenta es que el 56 por ciento de las empresas no tiene una metodología formal que gestione el rendimiento de sus aplicaciones, mientras que el 71 por ciento de la muestra afirma que los usuarios/clientes de sistemas en sus respectivas empresas reaccionan ante cualquier problema surgido en las aplicaciones con la típica llamada al servicio de helpdesk.
Al tiempo que el 33 por ciento de los encuestados aseguran que sus métodos son claramente ineficaces.
Esta falta de metodologías y de procesos pro activos se traduce en problemas como la ralentización de la disponibilidad de las aplicaciones, la cual conlleva la caída de la aplicación y, en un 78 por ciento de los casos, afecta a los clientes, lo que para Ana Ascasso, consultora de soluciones Quality Assurance de Compuware España, “repercutirá en el negocio seguro”. Así, “los responsables de TI necesitan ser pro activos y consistentes a la hora de gestionar el rendimiento, y la única manera es mediante metodologías formales” afirma Ascasso.
Varias de las causas de estos problemas son que, además de la urgencia con la que tiene que estar listas las aplicaciones y la creciente complejidad en los procesos de programación, sólo un 29 por ciento de las compañías implica por completo al departamento de TI, mientras que el resto asigna la responsabilidad solamente al área de producción, desarrollo o pruebas, cuando debería de extenderse a todas.
No obstante, para solventar estos problemas Ascasso recalca que “hay que ser pro activos”, además “es muy importante que las empresas inviertan en departamentos de preproducción reales para poder tener una visión real de esa aplicación”.
