Tal y como habíamos avanzado en mayo en COMPUTING, Toshiba había iniciado una transformación hacia la globalidad, reestructurando también sus unidades de Europa del Sur, y creando una nueva subsidiaria ibérica, al mando de Joao Amaral. Uno de los motivos de estos cambios fueron los acontecimientos en Japón, que zanjaron la decisión de la directiva de no estar centralizados en un único lugar, a pesar de que la fabricación y suministro de componentes electrónicos no se ha visto afectada.
Ahora, dado que la economía europea continua en problemas, -a los planes de rescate en Irlanda, Grecia y Portugal se podrían unir los mercados de Italia e incluso España-, Toshiba ha decidido prestar una especial atención a sus filiales de Europa del Sur. En su visita a Madrid, Alan Thompson, presidente de Toshiba Europa, ha expresado su deseo de dedicar mayor esfuerzo y recursos a atender las demandas y necesidades de las subsidiarias del sur del continente, las más afectadas por la crisis económica. “España, Portugal, Grecia e Italia están atravesando mayores dificultades que otros países de su entorno y por eso queremos prestarle mayor atención”, declara.
Del mismo modo, el directivo ha comunicado que también dedicarán más recursos a impulsar su negocio de productos digitales, a pesar de que Toshiba ha celebrado la venta de 100 millones de portátiles tras 25 años de presencia en el mercado. “De todos nuestros segmentos de negocio, el que más nos preocupa es el de productos digitales. No nos va bien, aunque obtenemos beneficios, por la competencia de otros fabricantes coreanos y chinos. Por ello, estamos adaptando nuestro negocio con nuevas innovaciones como nuestro primer ordenador portátil 3D sin gafas, el Qosmio F750 3D, que permite mostrar simultáneamente imágenes en 2D y 3D”, añade.