En ciberseguridad, la cuestión no es si te han atacado, sino cuándo lo harán. Y, sobre todo, cómo responderás. Bajo esta premisa, NetApp, la compañía de la infraestructura de datos inteligente, lleva tiempo trabajando el rol del almacenamiento de datos en las estrategias de seguridad de las compañías. Lo hace en un momento crítico: el 72% de las organizaciones considera que los ciberataques son hoy más sofisticados y costosos de recuperar que nunca. El ransomware, por ejemplo, golpea a una empresa cada 11 segundos y su coste medio de recuperación supera los 1,4 millones de dólares. Y lo que es aún más grave, casi un 40% de los datos atacados no llegan a recuperarse.
Ante este escenario, la tecnológica ha conseguido convertir el almacenamiento en la última trinchera, y también en la primera capa activa de defensa. NetApp ha reforzado su propuesta de valor incorporando la ciberresiliencia directamente en su infraestructura de almacenamiento. “Todo esto forma parte de una visión que no busca solo reaccionar ante las amenazas, sino construir una base tecnológica preparada para lo que viene: más datos, más inteligencia artificial, más exigencias regulatorias… y, por tanto, más responsabilidad”, explica Maite Ramos, directora general de NetApp Iberia.
Sirve de ejemplo su solución ONTAP Autonomous Ransomware Protection, que, mediante Inteligencia Artificial, detecta patrones anómalos de acceso y ejecuta instantáneas automáticas de los datos en caso de ataque, permitiendo a las empresas responder y recuperarse rápidamente en tiempo real. Todo, con una precisión del 99% y una fiabilidad del 100%.
El ransomware, por ejemplo, golpea a una empresa cada 11 segundos y su coste medio de recuperación supera los 1,4 millones de dólares. Y lo que es aún más grave, casi un 40% de los datos atacados no llegan a recuperarse
La compañía también pone a disposición de sus clientes su propia caja fuerte digital, una bóveda cibernética (o CyberVault) pensada para proteger los datos más sensibles de la organización frente a ataques como el ransomware. Combina copias Snapshot inmutables con tecnología SnapLock Compliance, que bloquea los archivos en un estado que no puede ser modificado ni siquiera por los propios administradores.
Visibilidad, cumplimiento y agilidad operativa
En paralelo, las organizaciones se enfrentan a una presión regulatoria cada vez mayor, con normativas como NIS2 o DORA que no solo exigen proteger los datos, sino también demostrar cómo, cuándo y por qué se hace. A esto se suma la complejidad de operar en entornos tecnológicos fragmentados, donde los datos se distribuyen entre múltiples nubes. Garantizar su trazabilidad y protegerlos frente a ciberataques ya es una prioridad para cada vez más empresas.
En este contexto, soluciones como BlueXP ayudan a simplificar la ecuación. Por ejemplo, BlueXP Classification permite escanear, etiquetar y categorizar la información sensible, generando evidencias automáticas para auditorías, planes de recuperación o cumplimiento normativo. Todo, sin necesidad de recurrir a procesos manuales ni herramientas externas. La plataforma también ha incorporado nuevas funciones orientadas a simplificar la protección frente al ransomware, como controles de acceso específicos por rol y soporte para cargas nativas en la nube.
Y mientras el cumplimiento y la protección son esenciales en la actualidad, prepararse para lo que viene es igual de urgente: NetApp está integrando criptografía poscuántica en su porfolio de almacenamiento, aplicando algoritmos validados por el NIST tanto en cargas de archivos como en bloques. Una capa adicional de confianza para sectores especialmente expuestos como banca, salud o administración pública.
Como resume Maite Ramos: “La clave está en adoptar una infraestructura de datos unificada, segura y sostenible, que permita integrar tecnologías avanzadas como la IA, proteger los datos frente a ciberamenazas y responder con agilidad a los desafíos del entorno digital actual”. Porque proteger el dato -en todas sus fases, formatos y ubicaciones- es, hoy más que nunca, proteger la capacidad de seguir operando mañana.









