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Antonio García, CEO de Teldat: «No tenemos deudas ni capital riesgo, somos conservadores pero no nos falta ambición»



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Teldat cumple 40 años con soluciones propias, sin capital riesgo y apostando por ciberseguridad

Publicado el 22 jul 2025

Rufino Contreras

Redactor Jefe



Antonio García Romero

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¿Cómo resumirías el legado de Teldat desde su nacimiento hasta hoy, tras estos 40 años en el sector tecnológico?

El legado de Teldat es, sin duda, un caso de éxito. El simple hecho de haber llegado a cumplir 40 años en activo en un sector tan competitivo como el tecnológico ya es significativo. En nuestro evento del 40 aniversario mencionábamos un estudio de una consultora norteamericana que analizaba empresas fundadas desde 1950: solo el 5% superaba los 30 años, y la media de vida estaba en torno a los 10 años. En el caso de empresas tecnológicas, esa cifra es incluso menor. Por tanto, que una empresa como Teldat, enfocada en producto tecnológico, siga operando y vendiendo en más de 40 países, es algo muy relevante.

¿La estrategia de Teldat ha sido consistente a lo largo del tiempo o habéis hecho grandes cambios de modelo?

Hemos mantenido nuestra esencia como empresa de producto. No hemos seguido la tendencia de muchas tecnológicas que han migrado hacia el modelo de servicios. Por supuesto, hemos evolucionado tecnológicamente: desde nuestras primeras soluciones de conectividad punto a punto con IBM, pasando por tecnologías como X25, Frame Relay o el paso al mundo IP con la irrupción de Cisco, hasta la actual virtualización de redes y entornos cloud. Pero siempre desarrollando nuestros propios productos.

¿Qué os ha diferenciado de otras compañías que desaparecieron o se reconvirtieron en proveedoras de servicios?

Muchas de aquellas empresas consideradas gigantes hace décadas hoy ya no existen o han cambiado radicalmente de rumbo. Nosotros seguimos invirtiendo en I+D propio. En nuestras oficinas puedes ver ingenieros desarrollando código, hardware, software… generando un activo comercializable. No vendemos horas de servicio como hacen otras consultoras, sino tecnología real, tangible, con propiedad intelectual.

Habéis crecido sin recurrir al capital riesgo. ¿Por qué habéis apostado por este modelo? ¿Qué ventajas os ofrece?

El modelo de capital riesgo, que conocí bien tras cinco años trabajando en Silicon Valley, te obliga a gastar todo lo que se invierte cada año. Las rondas de financiación diluyen la participación de los fundadores, y hay una presión constante por crecer en facturación, incluso sin beneficios. Nosotros seguimos con el accionariado en manos de los socios fundadores. Somos un modelo conservador, pero no quiere decir que no arriesguemos. No tenemos deuda, lo que nos permite tomar decisiones sin prisas ni imposiciones externas. No estamos obligados a crecer de forma artificial, sino que podemos hacerlo de forma sostenible y orgánica.

¿Cómo influye esa estabilidad financiera en vuestro día a día como empresa?

Nos da control y serenidad. No tenemos una alta rotación de personal, el ambiente laboral es bueno, y eso permite que el talento se quede. Además, si apostamos por una línea de desarrollo, lo hacemos con convicción, sabiendo que no tenemos margen para fallar muchas veces. Pero esa prudencia no implica falta de ambición. Queremos seguir creciendo, abrir nuevas oficinas, lanzar nuevos productos… solo que lo hacemos con los pies en la tierra.

¿Cuál es vuestra estrategia de crecimiento actual? ¿Qué cifras manejáis?

Queremos seguir creciendo de forma orgánica a doble dígito. En 2024 crecimos un 25%, y para este año tenemos un objetivo del 20%, lo que nos llevaría a facturar en torno a 60 millones de euros. Apostamos por una diversificación muy clara: aproximadamente un tercio del negocio proviene de la ciberseguridad (nuestra gran apuesta), otro tercio de las comunicaciones (SD-WAN, switches, routers…), y el último tercio del IoT, especialmente en smart grids y soluciones de movilidad. Estas áreas están muy conectadas entre sí, pero esa es la foto general que manejamos.

¿Qué papel juega la ciberseguridad en esa estrategia de crecimiento?

Es clave. Hoy más del 50% de nuestros recursos de I+D están dedicados al desarrollo de productos de ciberseguridad. Además, nuestras soluciones de comunicaciones e IoT están completamente integradas con medidas de seguridad avanzadas. Por ejemplo, nuestras soluciones SD-WAN como la que desplegamos en la Junta de Andalucía incluyen firewalls de capa 4, filtrado de IP… Y en IoT, nuestras soluciones para subestaciones eléctricas incluyen firewalls capaces de monitorizar firmas OT, SCADA, Modbus… Es decir, los tres ejes están íntimamente conectados.

¿Qué significa estar en el radar GigaOM y por qué es importante para vosotros?

GigaOM es uno de los tres grandes analistas globales en tecnología de firewalls de nueva generación. Estar ahí, como la única empresa española y además la única europea, es un reconocimiento enorme. Este radar incluye a gigantes estadounidenses, chinos o israelíes, pero ninguna otra compañía europea ha logrado ese posicionamiento. Además, tenemos el sello “Cybersecurity Made in Europe”, lo que implica que todo nuestro I+D y capital están dentro de la UE, lo que refuerza la soberanía tecnológica. Nuestra tecnología es 100% desarrollada y controlada en Europa.

¿Cómo queréis que os perciban los clientes en un mercado tan competitivo, como empresa española o global?

Queremos que se nos vea como una empresa innovadora, que compite de tú a tú con los grandes actores globales. No buscamos que nos compren por ser españoles, eso sería un error. Nuestros clientes comparan tecnologías de proveedores como Cisco, Fortinet o Huawei, y toman decisiones en base a calidad y funcionalidad. Lo único que pedimos es competir en igualdad de condiciones: sin dumping, sin subvenciones gubernamentales, sin desventajas estructurales. Si ganamos, que sea porque el cliente realmente considera que nuestra solución es la mejor.

La soberanía tecnológica está en el centro del debate actual. ¿Cuál es la postura de Teldat ante normativas como la Patriot Act o la injerencia de gobiernos extranjeros en empresas tecnológicas?

Nuestra postura es clara: defendemos la soberanía tecnológica europea. A diferencia de otras compañías sujetas a la Patriot Act o a legislaciones similares en Asia, en Teldat desarrollamos y alojamos toda nuestra tecnología dentro de Europa, más concretamente en España. Apostamos por el sello «Cybersecurity Made in Europe», que garantiza que tanto nuestro I+D como nuestro accionariado están dentro de fronteras europeas, y por tanto fuera del alcance de injerencias externas.

¿Consideras que las certificaciones europeas actuales son suficientes?

No del todo. Aunque hemos pasado todos los estándares exigidos por organismos como el CCN, son evaluaciones centradas en procedimientos, no en el análisis profundo del código fuente. Siempre he propuesto que, al menos para determinados entornos sensibles, se revise el código fuente bajo entorno seguro, para verificar que no hay puertas traseras ni código malicioso. Eso aportaría una garantía adicional muy valiosa.

Se ha regulado el 5G para excluir proveedores de países considerados de alto riesgo. ¿Qué impacto tiene esta decisión?


Es una decisión muy alineada con la necesidad de proteger la soberanía del dato. El 5G va a conectar millones de dispositivos: coches, electrodomésticos, sensores… y eso requiere una infraestructura en la que podamos confiar. Es un paso necesario y coherente, porque si permitimos redes 5G controladas por gobiernos no democráticos, estamos comprometiendo la privacidad de los ciudadanos europeos.

¿Cuáles son actualmente los proyectos más emblemáticos de Teldat?

Uno de los más destacados es el proyecto de Loterías y Apuestas del Estado: más de 10.800 puntos con infraestructura de conectividad 5G, con un presupuesto estimado de unos 10 millones de euros. Otro gran proyecto es el despliegue de la red SD-WAN para la Junta de Andalucía, con más de 12.000 puntos. Es probablemente el mayor despliegue de este tipo en España y Europa.

También tenemos casos relevantes como la migración “cobre cero” tras la migración del ADSL a fibra en España (más de 30.000 equipos desplegados), proyectos ferroviarios en Alemania, redes Wi-Fi para los Juegos Olímpicos de París y ahora también para el Mundial de Fútbol en México.

¿Cómo conseguís atraer y retener talento frente a gigantes como Apple, Amazon o Google?

No podemos competir en salarios con esas multinacionales, eso está claro. Pero sí ofrecemos algo que ellos no pueden: sentido de propósito. Aquí los ingenieros saben que lo que hacen se convierte en producto tangible, visible, instalado en trenes o en infraestructuras clave. No son una pieza irrelevante del puzzle, sino parte esencial del motor. Eso genera compromiso y orgullo.

¿Qué peso tiene la inversión en I+D en vuestra estrategia?

Es absolutamente estratégica. En una empresa de producto como la nuestra, el retorno de la inversión en I+D no es inmediato, lo ves en dos o tres años. Por eso no podemos apostar por diez líneas de desarrollo a la vez. Escogemos tres o cuatro y las respaldamos a fondo. Apostamos fuerte por aquello que sabemos que puede tener impacto real. Ahora, por ejemplo, estamos muy centrados en XDR, redes inteligentes y tecnología postcuántica, donde ya estamos implementando cifrado resistente a ataques cuánticos.

¿Qué papel juega la inteligencia artificial en los productos de Teldat?

Está muy integrada. Internamente usamos IA para desarrollo, marketing o documentación. Externamente, hemos lanzado dispositivos con chips de IA gracias a una alianza con Google, mediante CPU embebidas en nuestros equipos. Por ejemplo, usamos IA en videovigilancia en sucursales bancarias para detectar comportamientos anómalos en tiempo real, o en sistemas ferroviarios para contar pasajeros y distribuirlos eficientemente por los vagones. También monitorizamos fatiga en conductores de camiones.

Además, estamos aplicando IA en redes, a través de plataformas que aprenden del comportamiento de red y automatizan respuestas ante incidentes. En colaboración con la Universidad de Alcalá de Henares, estamos explorando modelos LLM como Kitsune para interpretar la telemetría de red como si fuera lenguaje humano y detectar ataques de día cero. Es un enfoque transformador.

¿Cuál es vuestra visión para dentro de 10 años? ¿Os veis alcanzando los 100 millones de facturación?

Sí, es una meta realista a medio plazo. A medida que sigamos creciendo en ciberseguridad, abriendo nuevas oficinas y consolidando nuestra presencia internacional, esa cifra está a nuestro alcance. La clave está en seguir apostando por tecnología propia, talento e innovación, como hemos hecho hasta ahora.

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